Un buen gobierno equilibra fuerzas: Noguez

Toluca, Méx.- Lo que más ha costado trabajo a México es la unidad y el riesgo en el tiempo por venir es la polarización que conduzca a la violencia, como le ocurrió al país en el siglo XIX y principios del XX, afirmó, Xavier Noguez Ramírez, investigador de El Colegio Mexiquense, para quien un buen gobierno es el que equilibra todas las fuerzas.
Respecto de la situación que se vive en el contexto de la epidemia de Covid-19, previno que la historia no debe plantearse como la lucha de bandos siempre en pugna: buenos y malos, liberales y conservadores, revolucionarios y contrarrevolucionarios, liberales y neoliberales, sino como la oportunidad de armonizar posiciones diferentes mediante el equilibrio y el fortalecimiento de la democracia.
Ante los problemas del país, entre ellos la emergencia sanitaria, mencionó que, los mexicanos deben integrarse y dar paso a la idea de una construcción colectiva.
Consideró que hoy la tarea de los historiadores está en reinterpretar la historia sin caer en la polarización, sino a partir de nuevas preguntas, y ejemplificó con las figuras de Benito Juárez y Tomás Mejía, a quienes se ve, respectivamente, en el bando de los buenos y en el de los malos, aun cuando ambos fueron indígenas, gozaron de reconocimiento y popularidad, aunque en distinta medida, pero en todo caso, los dos contribuyeron a la historia del país con las peculiaridades que corresponden a cada uno.
Noguez Ramírez, llamó a evitar el patriotismo y el nacionalismo que separan a los mexicanos en bandos irreconciliables, y señaló que los pueblos prehispánicos mesoamericanos tenían una cosmovisión en que el equilibrio era el eje central.
El investigador recurrió a la idea de buscar la convivencia de los mexicanos y consideró irreal que la pobreza, la violencia asociada al narcotráfico y la pandemia vayan a desaparecer de la noche a la mañana.
En tanto, llamó a la unidad de los mexicanos y armonizar los intereses encontrados en un clima de concordia y de integración, pues los intereses opuestos pueden y deben ser complementarios; además, un buen gobierno es el que equilibra todas las fuerzas.