Confinamiento en casa, sobrecarga de trabajo para la mujer

Toluca, Méx.- Las condiciones impuestas por la cuarentena y el confinamiento en el hogar ante la pandemia de Covid-19 han resultado en una sobrecarga de trabajo para las mujeres y en el uso de la vivienda para actividades laborales, escolares, recreativas, de entretenimiento y cuidado de enfermos, discapacitados y personas de la tercera edad, lo que se ha traducido en tensiones que reclaman una campaña nacional de comunicación sobre el reparto equitativo de tareas dentro de los hogares ante la eventualidad del regreso a lo que se ha llamado una nueva normalidad.
Carolina Pedrotti Bruno, profesora-investigadora de El Colegio Mexiquense, destacó que las condiciones a que se deben enfrentar las mujeres en un espacio que hoy es, además de hogar y espacio de reproducción social, oficina, negocio, taller, empresa, comercio y aula, lugar de entretenimiento y centro de recuperación para la salud de los enfermos.
Ahora, las mujeres, además de hacer trabajo doméstico, tienen que acompañar a los niños y adolescentes en las actividades escolares en línea, lo cual suma actividades y responsabilidades, algunas compartidas y otras sobre las cuales se siente o percibe -a partir de la encuesta que sirvió de base para el informe- una sobrecarga de actividades, en especial para las mujeres.
Dijo que de las actividades compartidas por los varones destaca la compra de alimentos y abundó que trabajar y estudiar en casa supone una redistribución del espacio original de la vivienda, lo cual puede ser problemático, no solo porque existe la necesidad de nuevos bienes básicos, tales como la computadora e internet, que deben compartirse entre varios, lo cual supone un asunto problemático.
En una sociedad con problemas severos de pobreza y desigualdad, esos accesos profundizan las diferencias, añadió, y se refirió a la necesidad evidente de atender a las comunidades más pobres con la extensión de los servicios de red digital.
Pedrotti Bruno consideró que el uso de la televisión también debe ampliarse para programas educativos desde los hogares, así como flexibilizar el cumplimiento de las metas escolares que fueron definidas al inicio del ciclo escolar, meses antes del confinamiento, y no condicionar la aprobación del año escolar al rendimiento que han tenido en estos últimos meses los niños y los adolescentes.