En una semana es navidad…

Y en dos, año nuevo. Así de rotunda se escucha la verdad.
Olvidémonos de la cruel política, de la áspera política y de la mentiros economía. En estas fechas olvidémonos de las nuevas verificaciones del SAT, de las letras chiquitas del T-MEC y hasta de la pelea de chairos contra fifís. En esta época hagamos a un lado todas las diferencias y encarguémosle a nuestra pereza, el revisar las noticias y enterarse de lo que pase en nuestro México.
Esperemos que en estos días no pase nada, que todo se mantenga en su lugar y que incluso amanezcamos el primero de enero con un México menos corrupto y más organizado, que por cierto, como reflexionamos este año, no depende del gobierno sino de cada uno de nosotros.
Deseémosle a nuestro presidente, gobernador y alcalde el mejor de los años y que sus triunfos sean para todos, porque si les va bien a ellos nos va bien a todos.
Como sugerencia, no hagamos compromisos al por mayor, hagamos poquitos pero difíciles, para que concentremos nuestros esfuerzos y nuestros logros se noten y sean muy satisfactorios para nosotros y la gente que nos rodea. Entre esos poquitos, háganse uno que tenga que ver con algo emotivo, tal vez no enojarnos cuando nuestro hijo o nuestros padres nos comenten algo que nos disgusta, o tal vez ir con nuestro papá que hace año que no lo vemos; algo que sea hasta un poco doloroso emocionalmente hablando.
Que la superación sea ese brillo que siempre tienen los ojos de un puberto cuando ve a la chica que le gusta, que sea una constante gustosa, para que de a poco seamos personas extraordinarias.
Agradezco la oportunidad de contar con más de 13 años escribiendo en este periódico el Valle, a sus Directores y Editores, a mis amigos, hermanos y maestros que nutren esta columna de opinión, a los lectores que se han ofendido por lo que aquí se dice, una disculpa, nunca ha sido la intención ofender, sólo tocar las fibras que nos hagan reflexionar y movernos; pero sobre todo un agradecimiento a quien leen y comentan, porque de ellos es esta columna, ni mía ni del periódico, porque bien decía mi madre con más de 40 años en la docencia, “con que hagas que una persona cambie su modo de ver las cosas y se mejore, habrás hecho tu labor como profesor” y si bien, esta opinión poco periodística no trata de enseñar, sí trata de hacer conciencia, uno de los valores más olvidados en nuestros días.
Muchas felicidades a todas sus familias y en estos días de descanso, cánsense de disfrutar el tiempo con su familia y amigos, para que lleguen con muchas ganas a mejorarse a sí mismos el siguiente año.
Un apapacho a todos, y muchas felicidades.