Leer por placer y no por obligación

México, lugar 107 de 108 en el índice de lectura de acuerdo con la UNESCO. Decir que nuestro país ocupa el penúltimo lugar en la lista de países lectores es un dato nada alentador sin embargo, se deben tomar en cuenta dos aspectos, el primero; a quienes no pueden leer, lo cual se relaciona con una realidad más cruda, el analfabetismo y el segundo; aquellos quienes pueden leer y no lo hacen, que son en quienes me centraré el día de hoy.
Miremos al pasado para recordar cómo se dio nuestro primer acercamiento con la lectura, ya que solo así se pueden tratar de entender los resultados obtenidos en la materia. El problema con la lectura es que en la mayoría de los casos surge de manera obligada, no como un acto voluntario que se realiza por placer, ya que la lectura más que imponerse o enseñarse, debe contagiarse.
La lectura es la oportunidad de conocer nuevas historias, de imaginar el mundo de manera distinta, es el medio que nos puede acercar a otras realidades, un placer que puede acompañarnos siempre, un acto compartido donde el entusiasmo de una persona puede motivar a alguien más.
Lo que se debe hacer es reivindicar el papel de la lectura dentro del imaginario social, ubicar a los lectores más allá de personas cultas, sino como hombres y mujeres apasionados que leen y disfrutan cada línea, que imaginan, que recuerdan un momento, un lugar y por cada ocasión que llegan a sentir melancolía al realizar esta actividad, existen muchas otras que sonríen y al avanzar un par de líneas, descubre una mejor manera de sobrellevar y entender nuestras múltiples realidades.
En una sociedad tan compleja en la que cada día en el ámbito local, nacional e internacional nos enteramos de tanto dolor, injusticia y arbitrariedades que nos generan coraje e indignación, exploremos a través de la lectura otra manera de ser felices, ya que la literatura nos brinda por lo menos dos realidades; el mundo que nos consta es decir, donde ocurren los hechos y un mundo imaginario.
El ser humano necesita experimentar satisfacciones que no siempre son materiales y tangibles, por lo cual es deseable completar nuestro actuar desde el pensamiento. Para vivir necesitamos amar, soñar, ilusionarnos, pensar y necesitamos leer, para hacer de cada día una mejor experiencia con el poder de la mente, con el poder de nuestra imaginación.
La lectura es una herramienta indispensable para la acumulación de conocimiento sustentable, permite el vínculo con otros, crear comunidad, introducir un tema para establecer complicidades a través de una conversación y lograr comprender que el problema de uno, puede ser el problema de todos.
Si “el mexicanos no lee”, es porque probablemente la falla de origen no ha sido identificada de manera objetiva y consciente, para reconocer que esto se ha convertido en un problema estructural que atraviesa otro aspecto importante, la educación; donde desde las aulas el hábito de la lectura no se fomenta de la mejor manera.
De acuerdo con el escritor Óscar de la Borbolla, los libros son el gigante en cuyos hombros hemos de subirnos para mirar más lejos, para poder ser y hacer más. Se debe pensar en leer tan variado como sea posible sin sentir pena o culpa por leer algo que para los demás no es interesante o valioso, ya que esto puede ser un buen comienzo para adentrarse al fascinante mundo de la lectura.
El aquí y el ahora no es el más favorable, pero el mañana puede ser mejor, pensemos en cambiar con argumentos racionales que vengan de aquello que leemos, cambiemos con mejores historias que nos permitan hablar de manera constructiva. Hagamos de la lectura un verdadero placer y no una obligación.