Kim Jong-un ¿nuevo aliado o cómplice silencioso?

¿Alguna vez se habrían imaginado Kim Il-Sung y Kim Jong-il, que pasado el tiempo Corea del Norte y Estados Unidos comenzarían un proceso de dialogo y pacificación?, y más que dicho proceso fuera iniciado por Kim Jong-un, nieto e hijo de los previamente citados, después de una cruel guerra de tres años que enfrentara directamente a Corea de Norte apoyada por la entonces Unión Soviética y China, contra Corea del Sur apoyada por el gobierno norteamericano. Sesenta y cinco años de una constante tensión en la que se ha convertido en la frontera más vigilada del planeta, por un lado Corea del sur con un gobierno capitalista sumamente ligado a occidente y por el otro Corea del Norte con un gobierno socialista que poco a poco se ha ido alejando de sus otrora aliados y desarrollando armamento nuclear, situación que ha atrajo los reflectores principalmente de las administraciones W. Bush, Obama y Trump, respectivamente.
En este orden de ideas, la reunión que se encuentra celebrando en estos momentos en Vietnam (segunda entre ambos mandatarios), cobra un papel relevante no sólo por celebrarse en un país que durante las décadas de los años 60’s y 70’s del pasado siglo XX sufrieran también una intervención militar norteamericana que abriera paso a conflictos con otras naciones circunvecinas como Laos o Camboya, pero que al paso del tiempo repitió el experimento chino de un gobierno socialista pero con economía de mercado. En este contexto, el acercamiento de Kim Jong-un con occidente se puede explicar toda vez que en su juventud tuvo la oportunidad de estudiar en Suiza, lugar en el que cultivó algunas aficiones como el basquetbol, lo que le ha llevado a acercarse a figuras deportivas como Dennis Rodman exjugador de los Chicago Bulls.
Sin embargo, su relación con occidente no ha sido del todo tersa, toda vez que precisamente los países miembros de la OTAN comandados por Estados Unidos han impuesto múltiples sanciones y bloqueos comerciales a Norcorea por el desarrollo que ha realizado de armamento con ojivas nucleares, lo que a juicio de los gobiernos de Estados Unidos y sus aliados es un frontal desacato a los acuerdos internacionales de no proliferación de armas atómicas.
No obstante, surge el cuestionamiento: ¿Por qué si Kim Jong-un es mandatario del país asiático desde el año 2011, cuál es el interés para que después de casi ocho años de gobierno, precisamente en estos momentos exista un acercamiento entre ambas naciones del mundo?
Pues bien, la primer hipótesis que se plantea no tiene que ver con Estados Unidos o Corea del Norte directamente, sino con Corea del Sur que se encuentra viviendo una crisis de legitimidad política, recordando la destitución de la expresidenta Park Geun-hye en 2017, acusada de corrupción y condenada a 24 años de prisión el año pasado, lo que provocó en su momento una serie de manifestaciones multitudinarias en Seúl y a lo largo y ancho de dicho país cuestionando el sistema político imperante en dicha nación, de ahí el interés de Washington de apuntalar el gobierno del actual presidente Moon Jae-in, siendo uno de sus principales socios comerciales en materia de infraestructura tecnológica al igual que Japón.
En un segundo término, existe un creciente interés de Kim Jong-un de acabar con el bloqueo comercial de occidente impuesto a su país, lo que le permita abrir las puertas a la inversión y fuentes de empleo para sus gobernados, situación que le ayudaría a mitigar los intentos de derrocamiento por parte de la OTAN, tal y como ha sucedido en el pasado reciente contra gobiernos dictatoriales como el de Sadam Hussein en Irak o el de Muamar el Gadafi en Libia.
En un tercer supuesto lo encontramos en el intento de la administración Trump de cerrarle la salida a China al denominado “mar amarillo”, mediante una alianza con ambas Coreas y Japón con quienes comparte ese litoral, principalmente a los buque tanques chinos que transportan el petróleo que compran a Irán.
Y finalmente, la que quizás sea la más importante estrategia del gobierno norteamericano en estos momentos, que llegando a un acuerdo de desnuclearización de Corea del Norte sirva como el argumento perfecto que catapulte a Donald Trump en la búsqueda de una probable reelección en 2020, en momentos en los que la precandidatura demócrata de Bernie Sanders se encuentra creciendo cada vez más en el colectivo imaginario de los Estados Unidos, aunado a que precisamente el día de ayer 27 de febrero, tuvo lugar la comparecencia del ex abogado de Donald Trump, Michael Cohen, frente al Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes de la Unión Americana, acusándolo directamente de tener conocimiento de las filtraciones con las que WikiLeaks, desvirtuó la candidatura de la Hillary Clinton a la casa blanca en 2016. Lo anterior, con la finalidad de poder descarrilar la candidatura de Trump antes de la elección de 2020, a través de una desesperada estrategia de impeachment (juicio político), por parte de la cúpula demócrata que difícilmente podría encontrar resonancia en el Senado de mayoría republicana.
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