A LAS URNAS, OTRA VEZ

“Qué insensato es el hombre que deja transcurrir el tiempo estérilmente”. Lo dijo el escritor alemán Goethe, pero bien se le puede aplicar a Pedro Sánchez. Han pasado cinco meses desde que los españoles fuimos llamados a las urnas y durante todo este tipo lo único que ha tenido claro el líder socialista ha sido que en el Falcón se viaja muy bien, que en Moncloa aún le quedan habitaciones por decorar, que las decisiones es mejor que las tomen otros, y por qué no, que lo que le pase a España no es culpa suya. Por eso, que no cundan las alarmas que los datos económicos para él no dan señales, que el paro no está aumentando y así un sin fin de cifras que corroboran lo que los ciudadanos de a pie viven a diario. Quizás, si se paseara por la realidad viera las cosas de otra manera porque su mundo es otro. Eso sí, quiere que las urnas se llenen de papeletas apoyándolo porque, es obvio, que para Sánchez lo único que necesita España es a él mismo.
Pues bien, dejando al margen la arrogancia, la chulería, el orgullo y demás calificativos que recibe el presidente en funciones del Gobierno, abrir las urnas siempre conlleva consecuencias. A veces las carga el diablo, de ahí que los resultados puedan gustar o no. Veremos qué pasa el próximo diez noviembre porque los españoles están muy cansados de ir a votar y ver como España continúa bloqueada. Queda más de un mes para que arranque oficialmente la campaña electoral, pero las promesas ya han comenzado. La precampaña se presenta intensa, con reproches, con polémicas pero con un único objetivo: Movilizar a la ciudadanía. Quizás sea la abstención el castigo que los españoles creen que se merecen los políticos. A pesar de todo, todavía hay a quién le queda el sentido del humor para convertir en meme todo lo relacionado con la situación política.
Si en Moncloa la situación es la que es, en la Casa Blanca de Concha Espina tampoco están en su mejor momento. La derrota en la Champions ha colocado en el punto de mira a más de uno, menos mal que de Sevilla volvieron con una victoria. Eso sí, y para ser justos, su eterno rival tampoco puede presumir. El Granada sacó los colores a unos culés que vieron como su equipo encajaba dos goles y no podía estrenar su marcador. Algo que tampoco hicieron los de Simeone que mantuvieron el cero a cero hasta el final. Los rojiblancos se han afincado en el empate, al menos, remontaron a la Juventus pero ese no es el mejor resultado. Los colchoneros queremos verlos ganar y sumar puntos, no vaya a ser que dentro de unos meses nos arrepintamos de las ocasiones falladas, y entonces, ya no habrá vuelta atrás.
Todavía hay muchos partidos por disputar, confiemos en la filosofía “cholista” del “partido a partido” con el entusiasmo de que todo cambiará. Un entusiasmo que nunca hay que perder. Ya dijo Cervantes: “Confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades”. Al menos, en el deporte rey porque si pensamos en la política, quizás sea mejor quedarnos con Shakespeare: “Malgasté el tiempo. Ahora el tiempo me malgasta a mí”…