Conciencia ambiental ¿Para cuándo?

Dime en que inviertes y te diré que te preocupa…..

En el caso de México, queda claro que el tema ambiental no es precisamente una de las prioridades del actual gobierno y de aquellos que le han antecedido, ya que la dependencia destinadas a trabajar en materia medioambiental ha sufrido un recorte presupuestal de manera paulatina y prueba de ello, el último descalabro de 2018, un recorte del 32%, es decir, aproximadamente 11 millones de pesos para el ejercicio 2019 de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
Queda claro que la 4T tiene sus propios asuntos y prioridades en materia ambiental, ya que al parecer no considero que este recorte no impactaría únicamente a esta dependencia sino a los organismos desconcentrados como: Conagua, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Pofepa), la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos (ASEA), la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) entre otras.
Ahora bien, si bajamos este tema para ser revisado desde lo individual, las cosas no son muy distintas y parece que las prioridades también están puestas en otro lado o en otros temas, ya que todos queremos vivir en lugares sin basura, con áreas verdes, con transporte público limpio, eficiente y rápido pero poco hacemos para contribuir al ideal planteado dejando de lado que la capacidad colectiva es fundamental y al final del día, es lo que hará la diferencia.
Cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico en el mundo y menos del 10% de los desperdicios producidos son reciclados. México se encuentra entre los países que más desechos de PET produce, debido a un alto consumo de refrescos y de agua embotellada. De acuerdo con información del Banco Mundial, solo el 11% de la basura recolectada diariamente en nuestro país se separa y solo 45 de cada 100 hogares lo hace, lo cual es vital, ya que la basura solo es considerada como tal, cuando está mezclada.
Entre lo que podemos considerar como “falsas soluciones” son los rellenos sanitarios, ya que al descomponerse los residuos orgánicos generan metano, un gas de efecto invernadero que impacta en el cambio climático, en este mismo sentido se encuentran los plásticos biodegradables que no es precisamente la solución medioambiental que muchos creen, ya que una bolsa por muy biodegradable que sea, tarda años en desaparecer; partiendo del supuesto de que sea 100% biodegradable que no todas lo son, su proceso de degradación puede comenzar un año y medio después, lo cual no es tan inmediato como se piensa y tan fácil, ya que necesita unas condiciones especiales, temperatura y cierta humedad para hacerlo.
El tema ambiental nos involucra a todos y es indispensable devolver la responsabilidad a las personas sobre las decisiones que está tomando sobre el consumo que tiene en su vida cotidiana. El consumidor tiene el poder para cambiar el estado que tienen las cosas actualmente, lo que implica asumir las consecuencias de nuestras acciones y entender que estas, se extenderán por cientos o miles de años.
Ahora bien, la política ambiental carece de fallas estructurales relacionada con una concentración de funciones en el gobierno federal, ausencia de participación ciudadana en la toma de decisiones ambientales y, cuando se llega a dar, no se cuenta con un carácter vinculante asimismo, se presenta una falta de acceso a la información ambiental relevante, falta de transparencia y de transversalidad en las políticas públicas.
Busquemos una manera más amigable de coexistir con el ambiente, reeduquémonos en nuestros hábitos de consumo, dejemos de pensar que la solución estará en la eliminación del uso de bolsas de plástico o de popotes, el tema ambiental no es una cuestión de moda, sino de toma de conciencia y responsabilidad social.