Economía mexicana ¿ahorro o subejercicio?

De músicos, poetas y locos, todos tenemos un poco; así versa el adagio tan popular, sin embargo yo le agregaría que de economía y política todos sentimos saber, porque entendemos que el sentido común es el más utilizado en estas materias, y es que a pesar de que es el menos común de los sentidos, aunque se contara con él, existe mucha técnica, ciencia y estudio, que junto con un sentido común muy elevado, estas materias por fin pueden desmenuzarse. Si fuera fácil habría muchos expertos en esta ciencia.
Durante los últimos 7 días, Andrés Manuel López Obrador ha contradicho algunas de las calificadoras económicas reiterando una y otra vez que la economía mexicana va a crecer en este año a un ritmo de 2%, mientras incluso una de las calificadoras más importantes dentro de la Bolsa de Valores de Nueva York, como lo es JP Morgan, argumenta con sus estimaciones y cálculos que el PIB mexicano (es decir, “la economía mexicana”) llegaría a un 0.5% para este año.
Ahora bien, sin meterme en mayores enredos, les comentaré que como lo hemos venido señalando, el gobierno mexicano ha eliminado numerosos programas que otorgan ingresos directos y periódicos a ciudadanos de distintas características. Como lo es Oportunidades, Becas CONACYT al extranjero, Becas para guarderías, Becas para deportistas, etc., que si bien no dejan de ser asistencialistas (retorno de dinero directo del gobierno a la gente), sí generan un beneficio social, ya que el otorgamiento de un dinero constante, se ha observado alrededor del mundo e incluso en México, que mejora la economía familiar y local.
La inversión pública es el gasto que realiza el gobierno que inyecta flujo de efectivo a la sociedad (Hernández Mota, 2010), es decir la inversión a empresas públicas (Pemex), inversión en infraestructura (caminos, puentes, edificios), inversión en servicios públicos (atención en IMSS) y el retorno del dinero en programas sociales. Este último es justamente lo explicado en el párrafo anterior: programas sociales.
Según datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (ojalá no cambie AMLO a su titular por dar cifras crudas, como pasó con el CONEVAL), de enero a mayo de este año, el gobierno tuvo un subejercicio de alrededor de 140 mil millones de pesos. AMLO dice que no es subejercicio, que es ahorro, sin embargo repito, con ciencia no con sentimentalismos, el ahorro no genera riqueza, sino la inversión (Hernández Mota, 2010).
Este subejercicio, es decir, la diferencia entre el gasto programado y el gasto ejercido representa el 5%. Ahora bien, ¿quieren saber en qué se dejó de gastar? Se contrajeron aproximadamente un 15% todos los programas sociales, la oficina de la presidencia, secretarías de Turismo, Comunicaciones y Transporte y Economía. (es decir, con ciertos agriduces), pero se ejerció un gasto de más de 300% por encima de lo programado en Pemex (es decir la refinería), un 160% por encima también el gasto al programa de Becas a Jóvenes por la Educación (el de los famosos ninis).
Como pueden apreciar el gasto público, si bien ha tenido sus ahorros buenos en la contracción de algunas oficinas de gobierno, tiene mermas importantes en los programas sociales. Me parece peligroso la reducción en Turismo y Comunicaciones y Transporte, porque como les decía líneas arriba, ese tipo de gasto genera bienestar social. También se observa delicado que coloque todo el ahorro en Pemex, porque no es una inversión directa s su capital, que ha sido siempre el problema de Pemex -la operatividad-, debido a que ese gasto es una obra de infraestructura que 3 años que termine (según AMLO) será más obsoleta la energía en hidrocarburos y valdrá menos la pena esa inversión, porque no otorga un bienestar social inmediato, y el de largo plazo resultará dudoso.
Ahora en conjunción de lo anterior. JP Morgan (y todas las demás calificadoras) ya hablan de recesión económica para México (desestimada por AMLO); el gobierno tiene subejercicios que al final de cuentas, ahorros o no, disminuyen la calidad de vida y hace que se contraiga la economía (según la ciencia económica); y revisando la inversión resulta ser en un solo proyecto que no genera bienestar y ni crecimiento económico (según la ciencia política). Podemos concluir entonces, sin sentimentalismos, que definitivamente no existe se observa que Andrés Manuel López Obrador cuente con una disciplina científica en sus acciones, lo que conllevará forzosamente a agudizar la recesión que ya se observa, puesto que para todos los demás agentes internacionales (inversionistas) que se guían en esta técnica ya explicada, no será viable invertir en un México que aumenta su coeficiente de riesgo país.
Juro que trato de ser imparcial, pero no se observan indicadores que generen opinión diferente. Ojalá en breve se develen, ojalá que los asesores de AMLO tengan bien fundamentadas sus decisiones, porque de ser así, no sólo habrán creado una forma diferente de analizar la economía, sino además, México llegará a ese tan anhelado bienestar.
2010. Hernández Mota, José́ Luis. Inversión pública y crecimiento económico: Hacia una nueva perspectiva de la función del gobierno. Econ: teor. práct [online]. n.33, pp.59-95. ISSN 2448-7481