El peor enemigo de Morena

Ante un escenario de sucesión presidencial anticipado, dos elecciones a Gobernador decisivas en 2023; Coahuila y el Estado de México, y con una pobre y desorientada oposición, parece que el camino está libre para el partido creado por Andrés Manuel López Obrador, sin embargo, hay algo que el Tabasqueño no contempló, las pugnas entre los miembros del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), estas batallas que se dan al interior del partido donde la fragmentación y la lucha por el poder entre un hervidero de grupos pone prueba la unidad, las lealtades y el compromiso con el partido.
La batalla por la sucesión presidencial y por las gubernaturas está en marcha, y el peor enemigo de Morena, ha resultado ser Morena. Lo acontecido este sábado 30 y domingo 31 de julio, donde entre incertidumbre, desorganización, acarreos, aparente compra de votos y condicionamiento para obtener o conservar programas sociales y algunos actos violentos, es como se llevaron a cabo las elecciones internas para la designación de 3 mil coordinadores distritales, que de manera posterior designarán dirigencias estatales y darán pie al congreso nacional.
El tema nos concierne a todos, trasciende a las personas que militan o simpatizan con el partido Morena, no olvidemos que de acuerdo con la constitución, todos los partidos son entidades públicas y no solo porque viven de los recursos de los mexicanos, sino porque las decisiones y omisiones de los mismos, tienen consecuencias para la vida pública del país.
Pero en la vida ni todo es blanco ni todo es negro ¿están de acuerdo? existen matices y se debe prestar atención en la postura de gran parte de la prensa que se ha centrado en calificar estas elecciones internas como un verdadero fracaso, maximizando errores, reproduciendo una y otra vez imágenes antidemocráticas y anulando a esa parte de la población que asistió a emitir su voto simplemente porque deseaba hacerlo y porque legítimamente apoya al movimiento, pues les guste o no, de acuerdo a diferentes encuestas y particularmente las más recientes publicadas por “El Financiero, el respaldo al partido Morena es indiscutible.
Ahora bien, habría que preguntarse porque varios medios y opinadores que hoy señalan de manera acuciosa lo acontecido en estas elecciones no lo han hecho de la misma forma en elecciones donde las carretadas de dinero, irregularidades y fraude, han ocurrido a la vista de todos, pero ahí no pasa nada o pasa muy poco al dedicar notas y comentarios menores y cambio de tema.
Morena prometió algo distinto, y aquellos que “organizaron” y participaron en estas elecciones no pueden cerrar los ojos o negar lo que sucedió el fin de semana, les urge contar con estabilidad en las estructuras estatales y municipales que han sido un caos desde antes de 2018. Asimismo, es necesario planear e implementar un programa de educación y formación política, no solo en materia de procesos electorales, sino con miras a largo plazo que les permita contar con perfiles calificados para ocupar cargos en el servicio público y en todas las áreas que se requiera, desde la comunicación social que es tan importante, hasta los mejores candidatos y candidatas en cuanto a características; cualidades y credenciales necesarias para representar realmente el espíritu morenista.
Hace falta dejar atrás vicios como el amiguismo, la incompetencia y la corrupción, de no ser así, se estará frente al inicio del fracaso, pues muchos cuadros de Morena parece que no han entendido lo que implica el cambio propuesto por Andrés Manuel López Obrador. Un proyecto de transformación no sé hace en 6 años, y la próxima renovación presidencial donde al día de hoy todo apunta el triunfo del partido guinda, será apenas la consolidación del partido, por lo que no es deseable traer al presente las peores prácticas del pasado, pero sino existe algún filtro para militar en Morena y todos pueden hacerlo, será imposible no contar con personajes que lo único que buscan es el poder para poder, y están o estarán dispuestos a hacer lo que sea, lo que sea por ocupar un cargo público.
Los oportunistas han salido a flote y una parte ya se encuentra al interior de Morena opinando y moviendo sus fichas, escalando, haciendo negocios o una que otra transa, pero que estos políticos no olviden que el pueblo pone y el pueblo quita, y sino que recuerden lo que sucedió en 2018 y más recientemente en la Ciudad de México y algunos municipios del Estado de México.
Morena no está ajeno a las mañas de otros tiempos y de otros partidos. Todo lo que se ha ganado se puede derrumbar ante presiones opositoras, pero también ante las ineficiencias del partido resultado de aspiraciones personales y de conductas aberrantes que para nada aportan a lo que se denominó como la cuarta transformación.
Los políticos parecen olvidar lo prioritario para el país; que se construya un verdadero proyecto de nación que siente las bases lo suficientemente sólidas para no volver a aquellos gobiernos que tanto hemos repudiado, pero ello requiere políticos de tiempo completo, servidores públicos que estén pensando en el presente y no en el futuro y en proyectos individuales.
Si algo dejo claro este proceso interno, es que solo Morena puede destruir a Morena, no hay oposición y no hay una propuesta que se contraponga a lo que hoy tenemos, el PRI, PAN y PRD, siguen perdidos. No queda más que esperar que los morenistas definan el rumbo que habrá de tomar el partido y se comporten a la altura del electorado que los llevó al poder o bien, seguirán el mismo camino de aquellos que se sentían intocables e inamovibles.