Como México no hay dos

Cultura vibrante y colorida, playas, gastronomía; sus sabores y sus olores, sitios arqueológicos, música regional, danzas, carnavales, hermosos paisajes, tradiciones, ritos y festividades, todo parece tan bonito. Corrupción, impunidad, inseguridad, violencia, feminicidios, instituciones y gobiernos deficientes, una ciudadanía poco participativa, indiferente, intolerante y que discrimina; eso también es México, lo hace único y nos lleva a pensar que como México no hay dos.
En este país con condiciones geográficas tan diversas que, determinan las oportunidades de vida y las probabilidades de éxito de acuerdo a la posición de clase y el aspecto físico, las historias que se cuentan pueden ser indignantes, otras de miedo y hasta de terror. Por momentos se piensa que mucho de lo que sucede al exterior nos resulta ajeno, pero no lo es, lo que hay detrás es una falta de interés y un debilitamiento del tejido social para comprender que todos somos parte de un mismo México.
Dicho lo anterior, quiero situarnos en dos hechos que están, o deberían estar presentes en la agenda de todos. Primero; el caso de Debanhi Escobar, la joven desaparecida el 9 de abril y cuyo cuerpo fue hallado 13 días después en una cisterna de un motel inspeccionado por las autoridades en cuatro ocasiones, a lo que las autoridades denominaron: “falla humana masiva”, con lo que buscaron evadir la responsabilidad y de alguna manera repartirla entre un grupo de personas que aparentemente se equivocaron. Algunos medios de comunicación no perdieron oportunidad de culpar a Debanhi de su muerte, pues como se le ocurre a una joven de 18 años querer divertirse, salir a una fiesta y consumir bebidas alcohólicas. Entonces, a las mujeres no las asesinan (según su “razonamiento”) se accidentan por “borrachas”, porque recuerden que una de tantas versiones decía que ella cayó a la cisterna.
Ante la incertidumbre de resultados y con dos autopsias realizadas al cuerpo de la joven que no fueron coincidentes, su padre tuvo que llegar a la exhumación del cuerpo para una tercera autopsia que reveló “muerte por asfixia por sofocación”, descartando asfixia por sumersión y violencia sexual. Así de nefasto el papel de las autoridades. El verdadero problema es que este caso refleja lo que sucede con muchos otros, donde la fabricación de evidencias, dictámenes y declaraciones falsas es algo que se le da muy bien a las autoridades mexicanas.
El segundo hecho que quiero comentar, es el asesinato de Luz Raquel Padilla, donde el “hubiera” se convierte en un reclamo hacia las personas encargadas de preservar la seguridad, atender las demandas ciudadanas y garantizar la impartición de justicia, quienes pudieron evitar un suceso trágico de haber realizado su trabajo, eso para lo que se les paga, Pero como no fue así, Luz Raquel hoy esta muerta, agredida el 16 de julio y falleció 3 días después al haber sido rociada con alcohol y posteriormente le prendieron fuego provocando quemaduras en un 90% de su cuerpo, esto, en un parque cerca de su domicilio en la colonia Arcos de Zapopan, Jalisco.
Raquel había presentado una denuncia previa contra un vecino por problemas de convivencia, agresiones físicas y verbales, pues anteriormente le había rociado cloro industrial, aunado a pintas fuera de su departamento con frases como: “Te voy a quemar viva”, “Te vas a morir, machorra”, pero esto no significó nada para el gobierno de Jalisco, pues Raquel solicitó protección, misma que le fue negada.
El caso de Raquel es producto de la irresponsabilidad de las autoridades y la intolerancia social. El aparente problema con el vecino de Raquel se asocia con el padecimiento de su hijo; “Trastorno del Espectro Autista”, quien, al presentar algunas crisis propias del padecimiento, llegaba a provocar ruidos o emitir sonidos que disgustaban al hombre.
Ella no eligió tener un hijo con autismo y los demás, todos, estamos llamados a mostrar comportamientos y actitudes de respeto hacia cualquier ser humano, la vida no es sencilla para las personas cuidadoras de alguien con algún tipo de discapacidad, dedican la mayor parte de su tiempo en procurar su salud y bienestar, muchas veces a costa de la de ellos mismos y sin mayor apoyo, y que como sociedad no seamos capaces de entender eso, es totalmente reprobable.
Estos dos hechos no son tan distintos, por el contrario, las similitudes son muchas. El caso de Debanhi Escobar ocurrido en Nuevo León, gobernado por Samuel Alejandro García Sepúlveda, y el caso de Luz Raquel Padilla, en Jalisco, Estado gobernado por Enrique Alfaro Ramírez, ambos del partido Movimiento Ciudadano (MC), partido que se desea presentar como una opción distinta para gobernar, como una “tercera vía” en contraste con MORENA y la Alianza va por México (integrado por el PAN, PRI, PRD).
Vaya que estos dos gobernadores sí motivan a creer en MC, ellos si saben gobernar. Seguramente ellos son la opción del cambio que tanto hemos esperado, no importa que el actual dirigente y fundador; Dante Delgado, sea emanado de las filas del PRI (como la mayoría de nuestros políticos), que haya sido gobernador interino de Veracruz por este partido y dos años después haya pisado la cárcel acusado por un desvió de más de 450 millones de pesos, y aunque fue absuelto sin que el tema quedara del todo claro, hoy con las dos gubernaturas que tienen no están mostrando con acciones el cambio que tanto pregonan en el discurso. Movimiento Ciudadano ha sido nombrado el PAN naranja, pues se ha nutrido mayoritariamente de expanistas y aunque “dice” ser distinto, el sobrino de Felipe Calderón y Margarita Zavala; Juan Ignacio Zavala Gutiérrez, es el secretario general del partido.
Tanto Samuel García y Enrique Alfaro, el primero en el caso de Debanhi y el segundo con Luz Raquel, se intentan lavar las manos y se niegan a asumir su responsabilidad como gobernadores, permitiendo que estos casos ilustren su indolencia y negligencias al continuar minimizando las violencias y agresiones contra las mujeres. Es difícil saber que esperar, en nuestro país los casos se pierden de ventanilla en ventanilla, de escritorio en escritorio, y al final de un largo camino, nadie es responsable.
Hay una familia rota porque su hija ya no está y las autoridades le mintieron con dos autopsias, también hay un niño con autismo que es víctima indirecta de una sociedad que no comprende su condición, y de “servidores públicos” que ignoraron a su madre, pero que alivio que como México, no hay dos.
P.D. Es mi responsabilidad decir que, este martes 26 de julio, concluida mi columna, hay información por parte del fiscal de Jalisco, Luis Joaquín Méndez, quien presentó avances en torno al caso de Luz Raquel, y muestra indicios de un aparente “auto ataque”. Pero, porque habríamos de creer esta versión en un sistema de impartición de justicia donde son capaces de fabricar pruebas y culpables. La investigación se presenta como “no concluyente”, y por la delicadeza del asunto y de la información que se comparte, llama la atención por qué hacerlo al ser “evidencias” que generarán muchas dudas y especulaciones. Volviendo al caso de Debanhi, recordemos que fue hallada en un lugar donde personal especializado la buscó en cuatro ocasiones y le realizaron dos autopsias; donde hoy sabemos que los resultados no fueron verídicos. Por último, aunque en la conferencia se dijo que se tienen varias hipótesis de lo que sucedió con Luz Raquel, solo se presentó la que he referido. La mejor opinión la tienen ustedes, queridos lectores.