Cinismo ante los delitos electorales

¿Cuántas veces Andrés Manuel López Obrador, alzó su voz denunciante porque nuestras autoridades usaron tiempo y recursos de gobierno para hacer proselitismo, cuántas veces exigió la renuncia de quienes mínimamente ejecutaban actos anticipados de campaña en alguna reunión por clandestina?
No puede aceptarse por ningún motivo que actores gubernamentales, burócratas de nivel de Secretario de Gobierno Federal, se ostenten en un evento como candidatos puesto que se presume que tal acto, indica su desatención sobre su trabajo y sobre todo porque se utiliza dinero de todo el pueblo para ello. Para que haya una figura de gobierno como lo es un Gobernador, un Secretario de Gobierno o un Diplomático Federal, se requiere que todo su equipo gaste dinero, tiempo y esfuerzo en que todo salga bien, eso es ya dinero que debe ser destinado para tal fin, puesto que la candidatura es un acto de partido o de ciudadano y por tanto, el dinero es de origen privado.
Ahora, cuando este acto se hace con total cinismo, que se reúnen todos los posibles candidatos en una fiesta, dotada de publicidad, sin observar los tiempos que todos los partidos votaron y acordaron, sin aceptar tales acuerdos y gastando dinero de todos, se transforma sin duda en el más repudiable de todos los actos que como gobierno se pueden hacer.
MORENA representa con ese acto, el más intransigente de los partidos, el más cínico y burlón, que conociendo la Ley, a sabiendas del origen del recurso, lo vocifera porque sabe que no va pasar nada, o que en el peor de los casos, costará un dinero que obviamente, no saldrá de los bolsillos de los candidatos, sino de arcas de MORENA y por ende, de todos nosotros pagadores de impuestos.
Ese acto anticipado de campaña y provisto de ilegalidad es sin duda un acto de nulo valor moral, de porquería, de politiquería, de asco, de una vomitada a la democracia, un acto sin pudor, sin remordimiento y lo peor de todo, sin consecuencias, porque se saben intocables, se saben presidenciables y por tanto, no pueden ser observados, como mosca grande que cae en una telaraña y la traspasa, cuando todas las demás mosquitas somos atrapadas efectivamente.
No con lo anterior digo que los demás partidos no tienen cola que les pisen; por supuesto estarán en su derecho de denunciar, pero tampoco tienen valor moral para pregonar lo contrario. Lo que conlleva esto a un ambiente de simulación, donde la moneda de cambio es el intercambio de delitos para estar a mano, y no la estricta observancia de la Ley.
Lo que más se daña es la democracia y la libertad; la legalidad vive en un constante sufrir al mismo tiempo que nuestro presupuesto público. Mientras nosotros seguimos expectantes, sin poder hacer mucho más que ver como se desgarra nuestra democracia hasta quedar hecha hilachos.