Un fenómeno político con apellido Macron

Hace escasas dos semanas tuve la oportunidad de estar en Francia por motivos personales, particularmente el domingo 10 de abril se desarrolló la primera vuelta de la elección presidencial de dicho país europeo, podría narrar que el ambiente electoral en ciudades como París y Versalles fue ejemplar, con un alto grado de civilidad política, pese a las pasiones políticas que surgieron entre los candidatos de la izquierda Jean-Luc Mélenchon, de la extrema derecha Marine Le Pen y el actual presidente galo Emmanuel Macron, contienda en la quienes obtuvieron la mayoría para acudir al ballottage o segunda vuelta electoral, justamente Marine Le Pen y Emmanuel Macron.
Siguiendo esta cronología, el pasado 24 de abril después del arduo activismo realizado por los contendientes, así como de un ríspido debate político entre ambos candidatos, mismo que fue televisado y difundido para todo el mundo, el presidente Emmanuel Macron volvió a alzarse con la victoria, para imponerse con un 58.8% frente a un poco más de 41.2% de Le Pen, victoria que no sólo le da la oportunidad a Macron de mantenerse por cinco años más en el poder, sino que hace historia, toda vez que desde hace 15 años no había un presidente en Francia que hubiera durado más de cinco años en el poder.
En este sentido, surge una incógnita: ¿De dónde viene la aceptación que tiene Macron?, una pregunta que viene a colación toda vez que en esta páginas de Trinchera Global durante 2018, se analizó el drama de los chalecos amarillos, aquel grupo de olvidados por el sistema capitalista francés, que cada vez tenían que lidiar con un recorte brutal en cuanto al sistema de pensiones, de los regímenes de seguridad social, así como el acceso a fuentes de empleo mejor pagadas, un movimiento que hizo tambalear por momentos los primeros años del gobierno de Macron. Sin mencionar, el duro revés político que representó para Francia el Brexit, aquel movimiento que llevó a la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.
Del mismo modo, para nadie es desconocida la tradición proteccionista de la política francesa, país en donde los sindicatos continúan teniendo un peso trascendente, en donde los amagues para reducir cualquiera de los derechos adquiridos en cuanto al proteccionismo laboral y social se refiere, han fracasado, o bien, le han pasado la factura a actores políticos de la talla del expresidente Nicolas Sarkozy.
No obstante, el endeudamiento público de Francia y el estancamiento económico que ha tenido, es importante resaltar que la pandemia representó una oportunidad de oro para el presidente galo, toda vez que actualmente su país pese haber sido una de las naciones más renuentes al uso del cubrebocas, las restricciones de confinamiento y el movimiento antivacunas, se resalta que actualmente de acuerdo a las cifras de su Ministerio de Salud, las cifras de vacunación contra el virus SARS-COV2, han alcanzado cerca del 78%, lo que la convierte en los países más inoculados de Europa, frente a Alemania, Italia u Holanda, que han sido de las naciones más renuentes a dichas políticas sanitarias.
Otro aspecto importante que no puede soslayarse, ha sido la tolerancia a la migración, tema que aún hoy sigue costándole mucho a Francia, que año con año recibe a miles de personas que salen huyendo de países como Senegal o de conflictos como el de Siria, en busca de mejores oportunidades de vida.
Empero, una jugada política que le salió a la perfección al presidente francés fue el convertirse de facto en el interlocutor con Vladimir Putin previo a la intervención rusa en Ucrania, tratando de estirar lo más que se pudiera la relativa paz y buscar una salida sin conflicto armado. Asimismo, cabe puntualizar el papel cada vez más protagónico en la Unión Europea, en el que incluso se estima que para el futuro inmediato los representantes franceses habrán de hacerse del control del Parlamento Europeo y del Consejo de Europa, logrando apabullar al control alemán que hasta la fecha continua teniendo sobre Bruselas.
Del mismo modo, su gobierno tendrá a favor que en 2024, los Juegos Olímpicos de verano habrán de desarrollarse en su capital París, por lo que seguramente dichas justas veraniegas habrán de ser el escaparate perfecto para demostrarle al mundo que no sólo París, sino Francia en su conjunto están de regreso en el escenario mundial con todo el ahínco y el apoyo que le prodigan los Estados Unidos de América.
Sin embargo, no todo será miel sobre hojuelas para Macron en los próximos años, ya que particularmente el grupo poblacional que más votó en su contra fueron los jóvenes, quienes se han visto relegados por sus mayores en las oportunidades que prodiga que sistema francés, que tienen que conformarse con trabajos mal pagados y con pocas expectativas de crecimiento, así como los recortes en educación y los intercambios académicos que siempre han distinguidos a Francia, pero lo que es aún más preocupante es que precisamente los jóvenes votaron por la ultraderecha y una agenda que pretende erradicar el europeísmo galo, situación que en un futuro pudiera representar el fin de los anhelos integracionistas de la Unión Europea como sucedió en antaño con Gran Bretaña.
Nota: ¡Feliz cumpleaños hijita!
Twitter: @EdgarMaPe