Nuestra normalidad viral

Algunos de nosotros ya vivimos en la nueva normalidad, con tener que salir diario a trabajar, con cubre bocas todo el tiempo, con careta atendiendo a la gente, con desinfectante permanente, observando la sana distancia y el lavado de manos periódico. ¡Ya!, esa es nuestra normalidad.
Otros más cínicos vivimos la normalidad en reuniones familiares, en la playa, de viaje a cualquier lugar, encerrados (si bien lo hacen) en una casa rentada en Air BnB, saliendo a lo indispensable pero no dejando de divertirse. Ellos también ya están en la normalidad actual.
Otros tal vez, seguimos tratando de adaptarnos, con trabajo esporádico, con reuniones clandestinas con sabor a que nos fuimos de “pinta”, pero aún no nos hacemos a la idea de que el cubrebocas llegó para quedarse, a que el alcohol en las manos será una constante y que nuestras reuniones tendrán un olor de miedo a la muerte.
Los negocios y vida social ya han afrontado la normalidad. Con reuniones digitales vía “streaming”, apoyados en las tecnologías de la información, con la finalidad de no cortar las conversaciones pero flotar en el negocio. Amigos hacen videollamadas con cierta tristeza y las reuniones eternas en la oficina, saben mejor en chanclas. Pero el arte también ha reaccionado a nuestra normalidad. Ya vemos series y sketches que incluyen el cubrebocas en sus dinámicas, las galerías de arte se exponen en recorridos virtuales y la música ya no necesita el contacto físico para compartirse.
El Virus parece ser normal, como si de ahora en adelante ya nuestra vida fuera salir de casa y devolvernos porque por olvido dejamos el cubrebocas. Comprar como un utensilio ordinario de la despensa el paquete de Amazon con 50 cubrebocas de diversos colores. Algunos muy “fashionistas” incluso están combinando su cubre bocas con su ropa. ¡Wow!
La tercera ola de contagios nunca se nos advirtió. La primera y segunda olas medio fueron anunciadas, pero aparentemente las olas van a venir cada tanto; cada que una variante sea igual o más contagiosa que la varicela. Este virus muta más rápido que nuestro sistema inmune y eso es algo que determinará nuestro comportamiento. A todos nos va a dar Coronavirus, pero el problema será cuando a todos les dé al mismo tiempo.
Debemos empezar a afrontar la vida como se nos presenta, con cubrebocas, careta y sanitizante, como parte de nuestra rutina. El virus no se va a ir, pero si ya empezamos a reunirnos de a poco sigamos afrontando nuestros espacios con responsabilidad, pero sobre todo con firmeza, ya no hay nada que hacer más que vivir.
Suena triste que no nos vamos a ver nunca la cara, pero no hay de otra, la vida sigue, solo cuidarnos siempre, ser más higiénicos, ser más responsables y más fuertes. Solo imagínense que después de la variante Delta, llegue una aún más contagiosa, sólo un poco, eso implicaría que la cuarta ola sería más impactante todavía e inminente. El imaginarse escenarios catastróficos nos prepara para reacciones extraordinarias y contundentes, pero no hay de otra, habrá que acostumbrarnos a esta vida inmediatamente.