El hubiera no existe

Lunes 03 de mayo, parecía un día habitual, una fecha para tener presente al menos por dos cuestiones; el Día Mundial de la Libertad de Prensa y en México, el día de los trabajadores de la construcción, mejor conocido como el día del albañil. Todo parecía transcurrir como cualquier lunes, con la pesadez que provoca para algunos iniciar la semana laboral, pero a su vez, con la satisfacción al terminar el día, tal vez eso pensaban algunos de los usuarios que viajaban en la Línea 12 del metro de la Ciudad de México, cuando de manera inesperada, entre la estación Olivos y Tezonco, “se desplomó” una de las trabes, sí, “se desplomó”, desde aquí todo suena “extraño”.
¿Cómo entender que “se desplomó” una trabe? ¿En serio no había indicios de que algo estaba mal con la famosa línea dorada? ¿Nadie advirtió alguna falla o desperfecto entre trabajadores, vecinos y hasta usuarios? ¿Una “falta de mantenimiento” provoca esto? No se supone que este tipo de obras están “pensadas” y realizadas tomando en cuenta el uso que se les dará o bien, habría que buscar ejemplos o un especialista que nos diga cómo se les da mantenimiento “a las trabes”.
“Ahogado el niño, quieren tapar el pozo” ¿les suena? se ha señalado que se llegará hasta las últimas consecuencias, y para evitar especulaciones y brindar certeza a los ciudadanos se realizará un peritaje con una empresa internacional. A ver, seamos claros, que se dé con los responsables es lo menos que pueden hacer las autoridades ante esta tragedia, es parte de su trabajo y no nos están haciendo un favor, para eso se les paga. Señalan que habrá justicia, pero no sé en qué país viven nuestros gobernantes y a todos los niveles que no se dan cuenta que justicia es lo que venimos esperando por décadas, estamos cansados de este tipo de situaciones que cobra vidas, pero no hay responsables.
Mientras tanto, en este caso que parece ser la crónica de un desplome anunciado, esperemos que las autoridades y hasta candidatos que no perdieron oportunidad para mostrar lo miserables que pueden ser al usarlo políticamente, no olviden el dolor ajeno y le bajen a la polarización y le suban a la empatía.
Ahora bien ¿Quieren culpables? ¿Quieren responsables? O simplemente quieren saber que hay o quienes están detrás de la flamante línea dorada del metro, vamos a hacer un breve recorrido. La estructura desplomada se realizó cuando Marcelo Ebrard fue Jefe de Gobierno de la capital (2006-2012). La Línea 12 se inauguró el 30 de octubre de 2012 pero se clausuró en marzo de 2014, la súper línea de vanguardia que prometió Ebrard, solo duro 2 años en “funcionamiento” y se reabrió de octubre a noviembre (en varios tramos) en 2015.
El tramo se rehabilitó con Miguel Ángel Mancera (2012-2018). De acuerdo con los vecinos de la zona, la estructura quedó resentida por los sismos de septiembre de 2017. Esta línea literalmente ha tenido fallas de origen y él hubiera no existe, pero la negligencia y la maldita corrupción que está impregnada en un gran número de obras debe ser sancionada, por lo cual es necesario que los personajes involucrados sean llamados a rendir cuentas comenzando por el que hoy parecía ser el héroe de las vacunas, Marcelo Ebrard, Miguel Ángel Mancera, Carlos Slim, dueño de una de las constructoras que participó en dicha obra, Mario Delgado, hoy presidente de MORENA y quien en ese momento fungía como Secretario de Finanzas.
Que tristeza que en México exista esta tendencia a capitalizar la tragedia humana. Los afectados no son solamente los lesionados, hospitalizados y las familias que perdieron algún ser querido, también las personas que usaban esta línea para trasladarse a sus lugares de trabajo principalmente, y hoy, viven una profunda angustia al no saber cómo eficientar su traslado. Otra vez personas que ya están en una condición desfavorable, otra vez los mismos discursos tan predecibles y tan vacíos, otra vez el oportunismo electoral y mezquino y otra vez ante una situación que nos interpela a todos, que se pudo prevenir y precisamente por eso duele y duele mucho, pero lamentable y dolorosamente, el hubiera no existe.