Defendiendo lo indefendible

Por donde comenzar en este México de contradicciones….

Por un lado, se celebra la detención de Mario Marín, exgobernador del Estado de Puebla vinculado con una red de explotación sexual infantil, y por el otro, se presenta la posible candidatura de Félix Salgado Macedonio, aspirante del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a la gubernatura de Guerrero. Ambos acontecimientos casi a la par.
Aquí la prueba de que en nuestro país la violencia en contra de las mujeres se toma “medio enserio” o depende de que tan rentable resulte, y tan es así, que el propio presidente se refiere al tema como un asunto partidista y producto de la temporada electoral, cuando bien sabemos que en nuestro país, existe un serio problema de violencia en contra de las mujeres.
Hoy, muchos seguimos sin entender porque Morena y el presidente se empeñan en sostener la candidatura de un presunto violador, qué le deben qué no les ha importado la ola de críticas incluso de sus propios simpatizantes, pero esto, es solo la punta del iceberg, el tema es más profundo y deja al descubierto la poca importancia que la sociedad mexicana le da al tema, se minimiza y se piensa que una presunta violación es algo así como un beso robado, y no es para tanto, no pasa nada.
¿No les indigna que Félix Salgado sea candidato? ¿En serio siguen pensando que este es un tema electoral? ¿Piensan que es un asunto que Morena debe resolver? ¿No genera ninguna reacción en quien lee estas líneas saber que un hombre que cuenta con denuncias de violación pueda gobernar un Estado?
El problema de fondo es esta terrible indiferencia, esta absurda polarización que se genera todos los días y que lleva a no detenerse a reflexionar en los grandes problemas que hoy nos aquejan, donde en época electoral, todo será usado para ganar votos, y si ello incluye convertirse en feministas de temporada lo harán, pero claramente no saben del tema y menos lo entienden. Lo que les importa es llegar al poder y usar esto como una estrategia política en contra del adversario.
¿Qué si la cuarta transformación es feminista? A veces si y a veces no. Un gabinete que incluye a nueve mujeres, nueve secretarias de Estado es algo inédito ¿O quieren diez? ¿Tal vez once? Un gabinete conformado por un gran número de mujeres no cambia la realidad y no ha hecho la diferencia entre los que gobernaban antes y los que gobiernan ahora. Las mujeres de a pie mucho agradecerían mejoras reales en la vida cotidiana, y no una mera simulación.
El presidente no ha logrado entender el feminismo, cada que habla del tema sus declaraciones son muy desafortunadas, vive encerrado en sus propias ideas y en su realidad donde la familia mexicana es feliz, y ante una violencia desproporcionada en contra de las mujeres, lo mejor que se le pudo ocurrir a su gobierno para una campaña es contar hasta diez ¿cómo no se nos ocurrió antes?
La justicia social de la que habla el presidente no solo debe ir encaminada hacia el tema de los pobres. La justicia social debe incorporar al 51.2% de mujeres que hay en México y que siguen siendo víctimas de una estructura social donde las oportunidades de desarrollo personal y profesional, siguen siendo limitadas
Muchos cuestionan las denuncias de las presuntas víctimas ¿Por qué hasta ahora? Esa pregunta no la deberíamos hacer todas y todos como sociedad ¿Porque hasta ahora las volteamos a ver? Ellas denunciaron, pero en un país donde la justicia es de quien puede comprarla, “así funcionan las cosas”.
El delito puede prescribir o no, los expertos en materia jurídica lo dirán, pero el daño sufrido por las víctimas de este hombre no se borra. Finalmente, quiero terminar con una pregunta ¿Qué pasaría si una de las presuntas víctimas fuera cercana a ustedes? Seguirían pensando que es un acto de “politiquería” o “ya chole”. Lo único que espero es que se haga justicia, que este caso como muchos otros no quede impune, que no se premie con un cargo público a quien se presume como posible violador, y menos mal que como México, no hay dos.