El deporte tiene el poder de transformar el mundo

El deporte tiene el poder de transformar el mundo. Tiene el poder de inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas. Tiene más capacidad que los gobiernos de derribar barreras raciales. Nelson Mandela

El ayer es una historia distinta, diferente y complaciente según el cristal con el que se mira…el aquí y ahora corresponde justo a ese suspiro que tenemos y tan es así que, todo cambia a cada respirar, a cada latido, a cada pensamiento, a cada sentimiento, nada es seguro y hoy queda más que nunca de manifiesto y cada uno debemos seguir luchando contra viento y marea por un mejor despertar. La verdad es dura, a veces el pesimismo puede invadirnos y crear cierta crisis que si no se detiene puede empeorar y generar caos tanto individual como colectivo, por ello, es de suma importancia no quedarse bajo ninguna circunstancia cruzados de brazos, al contrario, empuñar la espada y protegernos y cobijar a los nuestros y al resto de la población. Hoy no se trata de un sector determinado o definido, es la condición de expandir un bienestar para todos, que tal vez sea tardado y complicado pero la responsabilidad y la fe, seguirán siendo de todos, absolutamente de todos.
Con relación al tema deportivo esto cada vez es más notorio y en ciertos pasajes más efectivos por la pulcritud y severidad con la que se llevan a cabo ciertas dinámicas personales y grupales para tratar de crear conciencia y de ahí trasladarlo a más sectores de la población. En nuestro país se ha anunciado que los deportistas y atletas que acudirán a Tokio 2020 a desarrollarse (ojalá) el próximo julio de este año, sean sometidos al proceso de vacunación para tener el respaldo necesario, aunque vale la pena destacar que nadie de los ya clasificados a la justa olímpica será obligado a someterse a dicha acción. Y acá es justamente cuando salta la duda o la razón. Por un lado y es bien sabido, existen muchas versiones respecto al tema de las vacunas, ya sabes: que no sirven, que no son efectivas, que son experimentales, que es mentira, etc., y también están aquellas expresiones de: estoy esperándola con ansia, por supuesto que me la aplicaré, desde luego que es necesario, soy capaz de pagar por tenerla y ponérmela, y muchas más, pero una que retumba en mi persona es: para que mi familia y la población tengan menos probabilidades de contagiarse y si soy el conducto, que me digan la hora, el sitio y el día que me la pondrán. Los he escuchado, los he visto, los he leído, un sinfín de dimes, diretes, variantes sin ton ni son, unas arropadas por el miedo y el temor a fantasmas de las reacciones, otras más entonadas al desarrollo de un incremento de fe y esperanza que es ahí donde radica el deporte.
Se solicitó a las autoridades federales contemplar en un grupo importante (todos los son) a los asistentes a los JJOO por la proximidad de los tiempos de emprender el viaje, estancia, aclimatación, competencia y regreso. Se estimó un probable escenario de más de mil vacunas para la delegación por su seguridad y la de todos los demás incluidos el total de los involucrados, consté que dije todos eeeeh. Si bien es cierto que el comité organizador, así como el COI abrieron el tema a que a ningún representante deportivo se le exigirá contar con la vacuna, es cierto que tampoco caería nada mal que la tuvieran, porque eso sería un factor a favor para llevar a cabo una mejor justa deportiva donde se reúnen miles de personas con un solo afán, levar la bandera humanitaria del deporte olímpico, el fomento de la paz en todo el planeta y hoy en día, la ilusión de derrotar vehementemente no al contrincante sino al adversario más temido por todos: la desesperanza.
Soy partidario de los avances de la ciencia, creo en el desarrollo de las fórmulas para erradicar los males, estoy consciente que existen y conllevan riesgos, de hecho algunos grandes pero también creo en el poder de la firme convicción y determinación de querer salir adelante como sea, intentándolo todo, haciendo el bien por la familia y los demás, tomando decisiones categóricas para ayudar al resto, si esto es para bien que seguro estoy así será, entonces qué más da otro piquete en el brazo so pretexto que pudiera presentar alguna reacción, ésta en todo caso de presentarse pasará y a lo que sigue!
No comulgo bajo ninguna circunstancia con las creencias labradas a piedra y lodo porque la humanidad merece cambios sustanciales, contar con la oportunidad de trascender y transitar de la mejor manera. De que existen, están y estarán los riesgos, ¡carajo! claro que los hay y habrá, pero ¿qué sería del deporte, de la vida misma sin ellos? ¡Vamos! Hoy tenemos el cielo y la tierra en la palma de la mano, la bebemos o la derramamos, pero hagamos lo que nos dicte el fondo de nuestro ser…por lo pronto, yo estoy esperando mi turno…