López Obrador ejemplo de un mexicano promedio.

El filósofo griego Considerado el padre de la filosofía occidental tales de Mileto sentenció en el siglo VII a. C. “no le creas a todos, y al gobernar, empieza por gobernarte primero a ti mismo”, con una sabiduría tal, que esta frase el día de hoy se encuentra aún vigente.
Es muy difícil pensar que para gobernar sin dar un ejemplo, pero es más difícil ser congruente y dar un buen ejemplo, con mesura y que sea toda una forma de vivir, por eso es que a López Obrador le resulta complicado gobernar, esto es debido a que no está acostumbrado a dar el buen ejemplo. Como candidato era el mejor, ejemplificando el prototipo de persona idealista con ganas de luchar, con y por el pueblo, siempre en contra de un enemigo significativo, que en este caso lo encontró en la corrupción, era el ejemplo de idealista y por ello conquistó a mucha gente. Por estas mismas razones el día de hoy López Obrador, es el ejemplo del mexicano promedio que no se gobierna, que no encuentra en su vida el buen ejemplo, ni de lo que aspira ni de lo que él necesita para mejorar.
Si el día de hoy dice López Obrador que no va a usar cubrebocas es irrelevante, puesto que ha perdido total credibilidad al no contar con una trayectoria de buenos ejemplos. Pero es congruente con nuestra realidad como ciudadanos mexicanos, en donde cada semana vemos que se ha organizado un nuevo baile o un nuevo evento masivo, concurrido por autoridades de medio rango o por representantes sociales, en donde no existe una procuración de salud obligatoria para reducir los estragos de esta pandemia, sin sana distancia coma sin cubrebocas, y sobre todo, sin un interés legítimo más que el divertirse, así estamos bien representados, mexicanos necios e ingobernables. Por qué en dado caso, existe quien no pudo dejar de salir diario a trabajar porque vivía al día; en este último grupo es donde pretende incluirse López Obrador, al decir que no puede parar, que tiene que seguir trabajando, pero gobernar no es viajar ni exponerse ni organizar mítines, sólo se trata de administrar correctamente una nación sin necesidad de exponer a todas las personas, en donde por cierto, el buen ejemplo es crucial.
Entonces podemos concluir en esta nota qué López Obrador es un mexicano promedio, “mirrey”, que hace lo que se le antoja, que tiene otros datos, que minimiza la ciencia y recomendaciones de superiores por la terquedad de mostrarse “fuerte”.
Así como decía Tales de Mileto, le será imposible gobernar si primero no se gobierna a sí mismo.
Solo falta hacer la reflexión de observar si tenemos actitudes necias y voluntaristas, para que desechemos esas acciones y mejoremos como sociedad, de apoco y contundentemente en las siguientes elecciones.