ENTRE LIBROS Y POLÍTICA

“El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”. Son palabras de Miguel de Cervantes y es que hoy no podía empezar de otra manera. Es 23 de abril y es el día del libro. Se conmemora su muerte y cumpliendo con la tradición, en la universidad de Alcalá de Henares de Madrid se entregará el Premio Cervantes. Es el máximo reconocimiento de las letras españolas y aunque este año se lo lleva la uruguaya Ida Vitale, la verdad es que cuando hablamos de libros se abre un amplio abanico de gustos.
Decía el escritor norteamericano Edmund Wilson que “no hay dos personas que lean el mismo libro” y es cierto, porque todo nos influye cuando nos adentramos en sus páginas. Ya se sabe que el recuerdo que deja un libro, a veces, es más importante que el libro en sí. Gracias a ellos corremos grandes aventuras, nos identificamos con ese personaje que nos gustaría ser y, lo más importante, nos alejamos de la realidad para dar rienda suelta a nuestra imaginación. Me declaro lectora empedernida, por eso, hoy es un día especial.
Con mi libro en la mano, y no voy a hablar de él, me viene a la mente una de las dedicatorias más especiales que he hecho. Fue a una mexicana, amiga, luchadora que nos ha dejado, precisamente, esta Semana Santa. Sé que allá donde esté nos cuidará, porque los que queríamos a Pina llevaremos siempre grandes recuerdos de ella en nuestro corazón. Por eso, desde España, a nueve mil kilómetros de distancia, mando un fuerte abrazo a toda mi familia mexicana, pero el libro de nuestro vida tiene que continuar y aunque sea difícil hay que pasar página.
Y como hemos hablado de que libros hay de todas las temáticas, es imposible no hablar de los protagonistas de la obra política española en estos momentos. Ayer debatieron y hoy lo volverán a hacer ya que el domingo los españoles tenemos una cita con las urnas. La pregunta más repetida es: ¿quién ha ganado el debate? No seré yo quién conteste a este interrogante. Me quedo con las palabras del escritor John Morley: “No porque hayas hecho enmudecer a una persona la has convencido”. Todavía tienen tiempo de hacer promesas, de rebatir ideas, de encararse los unos con los otros. Estamos en la recta final de la campaña y los candidatos tienen, como suele decirse, que echar el resto porque se juegan llegar a la Moncloa. Y eso, solo es posible si consiguen la confianza de sus compatriotas. El final de esta historia aun no está escrito pero ya queda menos.
De momento, lo único que tengo claro es que el final de este artículo solo podía ser como el principio, citando a Miguel de Cervantes y que todos, incluidos los candidatos, aprendan de él: “Sé breve en tus razonamientos, que ninguno hay gustoso si es largo”. Ahí lo dejo…