Nunca más desafortunado.

Dice el adagio que errar es de humanos, y lo que pasa que es normal que de vez en cuando equivoquemos en algo, sobre todo en lo que hablamos puesto que es lo más fácil de hacer. Desde hace algún tiempo hemos escuchado a muchos presidentes que durante su mandato han sentenciado expresiones desafortunadas, por decir lo menos.

Expresidentes como Vicente Fox han dicho pronunciamientos que nos causan bastante risa y nos hacen señalar el error con mofa, tal es el caso del clásico “y yo por qué” o el “que bueno que usted no lee los periódicos porque hablan mal del gobierno” Tenemos el otro extremo de las expresiones, el de las dichas por nuestro expresidente Peña Nieto cuando se tropezaba al tratar de presentarse como una persona que leía mucho y terminó comentando que uno de sus libros más importantes que había leído era la biblia circunstancia que fue bastante criticada por la sociedad.
Algunos han caído en la risa, en la burla, en la tontería o que al final la consecuencia es la evidente falta de conocimiento o de sutileza de nuestros gobernantes, pero nuestro presidente López Obrador despotricó una frase que puede ser catalogada como la más desafortunada de todos los tiempos.
Nuestro presidente derivado de los problemas de inundaciones que ha tenido Tabasco expresó que se había tomado la decisión de inundar las tierras habitadas por las personas más pobres e indígenas que inundar la capital del estado de Tabasco Villahermosa, lo que implica una decisión totalitaria, caótica, muy criticable y altamente reprochable.
Un presidente está para servir a todos, en ese sentido es deseable que busque el bienestar de todos y para todo; pues con esta declaración López Obrador no demuestra la más mínima empatía con los ciudadanos, ni siquiera por ser sus coterráneos del Estado en que nació y vivió, en donde se desarrolló como político; entonces qué nos podemos esperar los demás.
Si viene reprochable este tipo de declaraciones habrá que observar en los siguientes días si de alguna manera corrige esta declaración. Es posible que tenga algo de razón si se basa en estudios científicos valorados mediante un comité un Consejo de Seguridad o algo semejante en donde recaiga responsabilidad en un grupo y sea compartida.
Esta desafortunada declaración se suma a la que en su momento dijo respecto al hijo del Chapo en donde dijo que él mismo determinó no se continuará con su aprehensión porque en su parecer o supuestamente, se iba a contar con un peligro a la población circundante. Esto quiere decir que claro en aquel momento la detención del hijo del Chapo era menos valiosa que la vida de aquellos que se iban poner en riesgo, sin embargo, lo que se pone en la balanza es el número de muertes que genera anualmente la droga, debido en parte por los que la consumen, así como las personas que disputan plazas, matan y dominan con violencia los territorios de ventas.
Esto quiere decir que (quisiera yo pensar) que tal vez existe algún estudio en donde se valoró la gente que iba ser afectada en la capital y se prefirió a la gente que fue afectada que suman más de 32,000 personas.
Estoy seguro que los presidentes diariamente se enfrentan a este tipo de decisiones sin embargo es lamentable que las hagan públicas de la manera más simplista, porque pueden ser llevadas a la crítica, por las personas afectadas.
Quisiera que en esta ocasión con estas declaraciones hubieran risas señalando a alguien como el payaso que las dijo o el bufón que se equivocó, sin embargo, en esta ocasión a diferencia de las anteriores, el presidente las dijo siendo el encargado de la seguridad nacional, y quienes recibieron esta declaración fueron los 32,000 habitantes de Tabasco que perdieron todas sus pertenencias en un par de noches.