Una vez que te despides de la disciplina…dices adiós al éxito. Sir Alex Ferguson.

Irremediablemente cuando leí la frase del director técnico inglés, me invadieron cualquier cantidad de momentos y recuerdos que hacen más sensibles y entendibles esas letras…esas palabras. Basta evocar que al menos en un par de ocasiones por no ser disciplinado tuve que caer para poder captar la esencia y entonces volver a levantarme para que, con base en la experiencia, evitar a toda costa en lo sucesivo tener un fracaso. La dualidad de estos conceptos es aterradora y en ocasiones te paraliza. Te confías un segundo y en un abrir y cerrar de ojos puedes estar en el umbral del podio de vida y en otro en la profundidad de la hostilidad. Pero el andar es un constante vaivén de caídas, con resbalones, tropiezos, con cierta amargura, doloroso, y por momentos pesimista, sin embargo, aquél, ese inmediato, el día siguiente, donde tienes que dar el brinco, limpiarte y enjuagarte esas lágrimas aún con el corazón partido y apuntar al firmamento y dadas tus creencias arroparte de un poder superior. Conmigo ha funcionado. He caído y me he levantado, de eso se trata la vida, pero también de hacérnosla más llevadera, con alegría, risas, gusto, fascinación, disfrute y sobre todo de compartirlo, ese, justamente ese es el éxito, compartirlo para trascender y dejar un legado para tratar de quitar piedras del camino. La misión no es nada fácil ni sencilla, al contrario, es más delicada y compromete mucho más allá de tu ser. Es la conjunción a tope de tu ser, de ahí que, ser disciplinado es un argumento que conduce sí al éxito, pero me referiré a la incansable búsqueda de la felicidad.
Que ¿qué tiene que ver esto en el deporte? ja! absolutamente todo, como en cualquier arista de la vida misma, impacta también por el carácter social que se desprende de la actividad física, de la Cultura Física, donde millones de aficionados fincan sus emociones, esperanzas, visiones, ideas, y sueños a través del mosaico deportivo, luego entonces cuando se ve caer a un ídolo, o ser presa de otras situaciones, lo sentimos como propio y hacemos votos porque salga pronto de toda equivocación.
Así de impredecible es el éxito y el fracaso, pero lo que no debe dejar de ser un auténtico modo y estilo de vida es ser disciplinado. El caso de los deportistas pareciera más elocuente, pero, insisto, aplica para todos, porque seguir al pie de la letra una condición de entrenamiento físico y mental, una correcta y adecuada alimentación, descanso, relajación, diversión, etc., son herramientas que nos trasladan al siguiente nivel, el de ser ganador, y derrotar a la adversidad.
El tema que hoy abordo solo tiene tintes que salen de lo más profundo de mi ser y sin ser erudito en la materia, porque hoy apenas digerimos más o menos lo de la pandemia y no alcanzamos a vislumbrar la tonalidad en la que vivimos, y así, de pronto surgen en el fascinante mundo deportivo casos de alcoholismo, drogas, vejaciones, abusos, homicidios, y otros más por no ser disciplinado. El caso sonoro en estos días ha sido el caso de unos futbolistas en Guadalajara que han roto muchas cosas, pero que la base del éxito la destruyeron: disciplina.
Estoy convencido de que a ti y a mí en muchos momentos y/o situaciones no nos acomoda la rigidez con la que hemos vivido y seguiremos; sin embargo, el salir a flote y dar el jalón por el triunfo y/o el éxito es una condición unipersonal, aquella que nos empuja y obliga, aunque estemos en la lona a levantarnos y seguir siendo disciplinados!
Pásenla bien!!!