DECISIONES CON TÍTULO DE PELÍCULA

Las medidas contra la pandemia se han endurecido en casi toda España. Es lógico ya que la situación en muchas Comunidades Autónomas es crítica. Las cifras no dan tregua y los hospitales están a punto de colapsar. Está claro que la segunda ola está dejando en evidencia que no hemos aprendido de los errores del pasado o, simplemente, que la responsabilidad individual está en entre dicho. No es bueno generalizar pero sí es cierto que las medidas adoptadas están afectando a los sectores vinculados al ocio. Por mi tierra, Burgos, seguro que están echando de menos tomarse unas “tapitas”, pero la salud de todos prima sobre los efectos en la economía. De momento, y para ser sinceros, Madrid ha mejorado notablemente. Las medidas, tan cuestionadas, de la presidenta están dando sus frutos y los datos así lo corroboran. Espero que también sirvan esas cifras para quitarnos a los madrileños el estigma de ser los “súper contagiadores” del país.
Un país que ha estado pendiente de lo que sucedía en Estados Unidos mientras el Gobierno adoptaba medidas muy cuestionables. De “Salvar la Navidad” hemos pasado al “Ministerio de la Verdad”. Ni que estuviésemos viviendo una película, quizás el 2020 lo sea pero parece que ahora lo que se cuestiona es la información periodística. Como un jarro de agua fría ha caído ese anuncio en la profesión y no es para menos. Es cierto que las noticias falsas se propagan a una velocidad descomunal pero no está en los principios del periodismo su elaboración. Los medios y los periodistas, entre los que me incluyo, somos los responsables de hacer un buen trabajo y no podemos estar sometidos a la “censura” que quieren imponer desde Moncloa. Es cierto que todavía no han dicho cómo lo van a llevar a cabo, pero con la ocurrencia ya tenemos suficiente. De hecho, se la podían aplicar los propios miembros del Ejecutivo ya que en sus declaraciones han salido a la luz más de una declaración de dudosa veracidad que el tiempo ha demostrado su falsedad. Que den ejemplo es un buen principio y si no que se abstengan al buen trabajo periodístico. Quizás sea éste el que se les atragante, pero el artículo 20 de nuestra Constitución así lo avala. La libertad de prensa es incuestionable.
Como incuestionable es que el castellano es la lengua de todos a pesar de sus detractores, pero todo vale por mantener el poder o por sacar adelante unos presupuestos… Lo que nos queda por ver con tal de aferrarse a un sillón, mientras a diario mueren más de trescientas personas en el mejor de los casos. Me abruma la “normalización” que hemos hecho de la cifra de fallecidos. La insensibilidad a la que nos han llevado. Sería bueno hacer examen de conciencia porque en la película que nos quieren vender para salvar la Navidad se olvidan de que este año habrá un récord de ausencias.
Sinceramente, nos iría mejor si algunos políticos dejaran la demagogia a un lado y se preocuparan por los ciudadanos, porque las consecuencias de sus decisiones las pagamos los de siempre. Y a estas alturas del año, cuando el hartazgo y el desánimo están en alza, tonterías las justas.