Todos contra todos

Convivir de manera cotidiana con personas que piensan, sienten y actúan diferente a nosotros no siempre es fácil. Practicar valores como la tolerancia y el respeto, son parte del horizonte esperado. No obstante, aún no se ha entendido que el mundo es diverso, que la diferencia no es motivo de enemistad, que la autocrítica es necesaria para corregir y mejorar, y que todas las opiniones merecen ser escuchadas, aspectos que sin duda alguna harían de todos los espacios de convivencia un mejor lugar.
Sin embargo, nos movemos entre la expectativa y la realidad, entre el mundo de lo deseable y lo posible. Todos los días despertamos en un contexto que parece más adverso que el del día anterior, donde la esperanza se diluye y los discursos de odio se acrecientan. Estamos inmersos en una lógica de buenos y malos, o todo es blanco o es negro y nos hemos olvidado de construir los matices.
Lo que tenemos actualmente es una guerra de todos contra todos, la vida pública se reduce a quienes están con el presidente y los que están en su contra, lo que ha provocado que los ánimos políticos se encienden y la polarización siga más viva que nunca. Hace unos días se dio a conocer un desplegado titulado “en defensa de la libertad de expresión”, el cual es firmado por alrededor de 650 científicos, artistas, escritores, académicos, aquellos que se definen o autonombran como intelectuales, periodistas, cineastas y poetas, quienes piden al presidente a través de un comunicado parar los ataques en contra de la libertad de expresión.
En este contexto, se suscribe el Frente Nacional Anti AMLO (FRENAAA), movimiento que tiene como objetivo, conseguir que el presidente López Obrador renuncie al cargo. De manera reciente, se instalaron en el Zócalo de la Ciudad de México, con casas de campaña vacías al igual que sus propuestas, expresiones que dejan al descubierto una incapacidad para matizar fobias y filias con argumentos, con precisión y sobre todo con rigor.
En la lista de los firmantes se encuentran personajes que sin duda pueden ser altamente cuestionables, no obstante, existen personas con una trayectoria digna de reconocerse y precisamente por eso, llama la atención que hayan accedido a firmar un documento lleno de rencores, de enojos y reacciones donde no se ve alguna propuesta políticamente inteligente que haga que la gente valore, aprecie y se adhiera a proyectos de este segmento de la población que se supone pertenecen a la parte “pensante” de una corriente política y electoral que, se ha dedicado a descalificar al presidente sin tener la debida identificación de lo que se quiere y se puede hacer.
Mientras la oposición al gobierno actual siga bajo esta misma línea, difícilmente podrán salir adelante y construir algo real. No hay una libertad que este en asedio como lo mencionan, el presidente actualmente no ha censurado a nadie, cosa que si sucedió en sexenios anteriores, sin embargo, utiliza su foro matutino para estigmatizar a sus críticos, lo cual no deja de ser un grave error, las palabras del presidente no pesan igual que las del resto de la población, y llamar pasquín inmundo a un diario, es un exceso.
Lo que han mostrado este tipo de manifestaciones, son la pobreza conceptual e intelectual al limitarse a oponerse a todos lo que expresa el presidente sin que haya propuestas y acciones que vayan más allá de ir contra corriente, el desplegado no tiene contenido sustancial y aprovechando los amplios conocimientos en los diferentes ámbitos de incidencia social de quienes firman, más valdría que propusieran un plan integral para comenzar a hacer un activismo que permita ganar espacios y posicionar a líderes que sean capaces de ser una oposición real que tanta falta nos hace.
Finalmente, es necesario un debate ideológico serio, debatir con argumentos, no con insultos y descalificaciones, discusiones fuertes, pero de ideas.