“Hoy voy a reír, mañana ya tendré tiempo para llorar. Dale a cada día la oportunidad de convertirse en el mejor día de tu vida…” Anónimo

Mientras que para muchos es un “nuevo” panorama para seguir adelante, hay otros más que insisten en buena medida, acelerar el retorno al nivel productivo, en tanto, hay quienes aseguran es lo mejor para no quedarse pasmado y apurar el retorno, en cambio, existen quienes apuestan por una vuelta a la realidad con pinzas y a sabiendas de que esto será paulatinamente poco a poco…
Los mensajes de positivismo todos los hemos leído y enviado, los hay desde la frase de moda: “sin miedo al éxito papi” (sic) “con todo” “venga!” “dale” “total” y están las inverosímiles muestras de valemadrismo puro como: “ingue su…” “qué más nos puede pasar” “si me ha de tocar…” y más, tú y yo las sabemos y quizás hasta en algún momento de nuestro existir las llegamos a decir y sin temor a equivocarme en todas las aristas de la vida sobre todo a nivel estudiantil y otras. Hoy está por demás señalar que la ambigüedad de la ocasión nos resta propiedad para descifrar los vestigios del miedo, la ansiedad, el temor y otras, cuyos vértices nos subyugan a grado tal que caemos en la desesperación, en la tormenta mental y por ende en adoptar físicamente algunas dolencias…
El tema no es menor, al contrario, sufraga en la necesidad de querer salir adelante a costa de todo y de todos. Eso está bien, lo que no es permisible es atentar contra otros bajo el argumento que ustedes se imaginen. Me queda claro que la necesidad de llevar el sustento a la familia y a la casa es a prueba de balas, pero ¿qué hacer con esta cruda y ruda realidad que afrontamos??? rezar, orar, pedir, exigir, y todos los etcéteras que quieras son sinónimos de una desesperación por retornar, pero ojo, aplicarla solo para mejorar, eso de la “nueva realidad” es una pavada dirían en Sudamérica, porque lo real es lo que vemos, sentimos y palpamos, este es nuestro tiempo y acá estamos como quiera que sea, entonces más bien nos toca resarcir lo que esté en nuestras manos, en nuestro poder propio y transitar de la mejor manera, cuidarse y cuidar así como respetar. ¿Acaso todo esto no se ha hecho siempre?
Hemos sido, somos y seremos combatientes de cualquier batalla, a veces nos atormentan otras cosas imaginarias que ni siquiera son y entonces también luchamos contra la incredulidad y con el hecho de que se minimicen los daños, estamos tratando de ser conscientes y afrontar con gallardía todo lo que esto representa. Me queda clarísimo que ya nada volverá a ser lo mismo, y para muestra está que la crisis ha demostrado que todos -t o d o s- necesitamos ser más solidarios en el deporte, pero también en y con la sociedad. La cooperación nos hará fuerte, la suma de voluntades traerá ganancias fértiles, el desarrollo de los planes, proyectos y programas de política pública en Cultura Física por especialistas, así como la aplicación del conocimiento de los docentes en Educación Física y por ende de los servidores públicos en la materia, harán que se cristalice la superación de terribles males. Poco a poco iremos caminando con seguridad, por el momento, sigo creyendo que no es al ciento por ciento la integración y no por no quererlo sino más bien en un acto de co-responsabilidad y evitar más lamentos.
Hoy surgió en las altas esferas del Comité Olímpico Internacional una declaración de su presidente Thomas Bach, donde señaló que lo más fácil habría sido cancelar los JJOO y cobrar el jugoso seguro que eso implicaba, sin embargo, siguiendo fiel a los principios de la universalidad del deporte amateur, el deporte y la vida son para fraguar batallas que alimenten el alma, el espíritu, la mente y el cuerpo, así como preservar la paz mundial, de ahí que, sin duda el parámetro para ajustarnos a la realidad, así sin la dichosa “nueva” es mantenernos de pie, con sueños a cristalizar, a “aguantar vara” y como señalo en diversos espacios: primero la salud porque con ello podemos hacer lo que nos dé la gana, con aciertos y con errores, pero siempre siendo capaces de construir un mejor día a día, que dicho sea de paso esto es obligado. Permanecer a lo zozobra de lo que puede ser y es, es un instante donde pende nuestro respirar. El deporte y su argot, lo necesita y lo ocupa, no acelerar el paso debe ser el mensaje para todos los que estamos ávidos de esto y otras cosas más. La vulnerabilidad que afrontamos no se cierra únicamente a este tema, lo es para todo y de ahí la importancia de obedecer y dejar de lado notas que sin ton ni son avanzan a pasos agigantados por mandar a la gente al atroz coliseo milenario…

Pásenla bien!!!