Si algo he aprendido de los videojuegos, es que, si encuentras obstáculos en el camino, es porque vas en la dirección correcta…Anónimo

Cando tenía chance aprovechaba al máximo la ocasión. Cerca del mercado de la colonia donde vivo había un local exprofeso para tal fascinación. Lo malo era, como casi siempre todas las veces, lo grandes eran los gandallas y se apropiaban del tiempo, del entorno y algo más. Iba por el pan y la leche a petición muy sublime, verdad, de mi señora madre: “…ya sabes: bolillos y pan dulce…” wowwwwwww oportunidad mágica para acelerar el paso, atender mi encomienda y jalarme pa´las “maquis” para tratar de darle rienda suelta a mi imaginación que, dicho sea de paso, era más la fascinación de sentir la adrenalina correr por mi ser a pesar de cada nada era comparable a estar en las canchas y/o parques. Me tocaron esos bellos momentos en que, incluso, las maquinitas eran más altas que yo y había que subirse a un ladrillo por alcanzar las palancas (controles, jajaja) y pues deleitarse con ello.
Lo sonidos eran sublimes, las imágenes impresas y luminosas hacían más sensible el momento, aunque, insisto, nunca fui tan bueno en los videojuegos, ah pero que rico era echarse una carrerita con bolsa de pan y la otra de color rojo donde llevaba los 4 litros de leche que me encargaban. Por cierto, la anécdota de este Valle, es cuando un día de esos ayeres pues acudí con mis ¡5 pesos! y a cambiarlos por las monedas que activaban el mecanismo del juego en turno. Pues ahí estaba yo en una de esas poderosas maquis, a un costado coloqué la bolsa del mandado, donde iban las cajas de litro, sí, esas alargadas de cartón. Pues nada, mientras meneaba mis canillitas al son de las palancas y botones, y mi rostro se iluminaba de alegría, esta se desvaneció cuando salía el mentado mensaje de Game Over, sin embargo, eso no fue lo peor. De los 4 litros que llevaba a casa, ¡solo me quedaban 3! Acertaste, me dieron baje tanto en las maquinitas como con el encargo, y no diré cómo me fue porque tan solo basta decirte que no volví al negocio hasta tiempo después.
Y cómo sucedió en mi niñez, pronto tuvo salida a otra cosa mariposa. Pero la evolución y la proliferación de juegos llegó con la apertura de Galaxia. Ese lugar en los portales de Toluca. Era inmenso ese lugar y ya sea a escondidas o aprovechando el tiempo mientras le daba un rol al centro, pues una visita caía muy bien, además de que había nuevos y mejores juegos, más modernos decía…jamás imaginé que esos ayeres como si fueran el presagio de lo que décadas después serían la alternativa de ocio, esparcimiento y alternativa de juego para todos, se colocarían como una opción deportiva.
Y baste señalar como hoy en día derivado de lo que todos enfrentamos, aceptamos y adoptamos los videojuegos como una manera de sanar nuestras heridas deportivas. Unos más y otros menos u otros, como yo, que solamente vemos para no hacer más el ridículo. Ahora mismo vemos como una idea sui géneris causa gran impacto en el futbol mexicano (por ejemplo) logrando atrapar a miles de aficionados y futbolistas por doquier. Lo mismo ocurre en los EEUU y en otras partes del mundo para brindar por medio de la tecnología actividades que impacten en el deporte y la recreación. De qué si son buenas o no, cada quien tendrá su decisión y validarán con base en su tiempo y aspiraciones de gamers a señalar que produce en su ser. Por lo pronto yo me sigo quedando con que extraño a tope todo tipo de deporte, de actividad física, y debo reconocer que, aunque me he visto un poco favorecido con el paso de los años, ánimas que me ponga al brinco con un menor en cuestión de los videojuegos porque seguritito dos cosas; una, no me robará ni un litro de leche, ni de pan; dos: me podrá una arrastrada porque ellos hasta sin ver saben cada detalle de lo que en la pantalla aparece.
Sigo prefiriendo el olor del pasto, el polvo de los graderíos, el impacto visual del inmueble, el trayecto, a veces, abominable de una ciudad a otra para acudir a la cobertura y/o narración de un partido de cualquier disciplina deportiva, la lluvia empapando mi flacucha persona, y todo eso que seguro estoy, hasta este renglón te has imaginado y recreado en el tiempo. Me queda claro que los tiempos cambian y la realidad también. La gente que quieres cambia y uno mismo a wi wi debe hacerlo, pero lo que no cambia son los sueños por esperar un mejor mañana, y ¿por qué no? un día derrotar lo virtual de los videojuegos deportivos…
Pásenla bien!!!