El pueblo, reflejo del gobierno

Siempre se ha dicho como axioma moral, que nunca es bueno generalizar debido a que en un conjunto dado, no todos cumplen la caracterís otorgada, y tal aseveración no
puede aceptarse como falacia en nuestros días.
El gobierno mexicano fue rebasado por muchos ciudadanos (no todos) que le otorgaron mayor importancia a la pandemia de Coronavirus que el propio Andrés Manuel López
Obrador, quien seguía besando a niños, saludando y conglomerando gente en sus eventos; incluso en las reuniones mañaneras no dejaban espacios para distanciar un
periodista de otro, demostrando o el desinterés o la falta de información. Hubo gobiernos como el de Nuevo León, donde el bronco fue el primero en decretar el sierre de comercios
no esenciales y evitar contagio.
Bien comentaba una amiga Doctora en la columna anterior, que el problema no es en sí que sea mortal el Coronavirus, sino que el número de pacientes con complicaciones puede
aumentar desmedidamente en un mismo momento y eso causaría el colapso del sistema de Salud, no sólo el mexicano, sino el de cualquier país.
Ahora AMLO nos anuncia que hasta bajó la gasolina, como si no supiéramos que el precio de la gasolina uctúa de acuerdo con le precio de sus insumos primarios como es
principalmente el petróleo, que se es$mó en 49 dólares por barril por nuestros Congreso y que ahora se encuentra en 13 dólares. Por eso bajó, porque desde la úl$ma parte del
gobierno de Peña, empezó la apertura a la competencia con la entrada en vigor de otras gasolineras y extractoras de petróleo, que compiten por un mejor precio y que no es por
decreto, sino porque si alguien puede bajar el costo de fabricar gasolina y dar un poco más barato, entonces los demás estarían obligados en disminuir el precio a un monto
compe$$vo.
Pero, como puede entenderse también, no todo el pueblo es sabio. Debo hacer la aclaración de que mientras en todo el mundo se tomaban las consideraciones necesarias,
de no salir más que a lo indispensable, donde muchas empresas y gobierno locales ya dejaban hacer trabajo en casa, pues en Toluca a muchas gente le valió gorro tal indicación
y han salido a ser sus ac$vidades de manera normal. Me da tristeza observar a gente de edad por arriba de los 65 años, saliendo con su perro, llegando a pla$car con el vecino, en
la calle y sin mediar cierta distancia prudente entre ellos. Debemos imaginar, que seguramente esa gente es la que no vota, la que no le importa la demás gente, la que no
lee, pero que también es la primera que se queja, la primera que pide y la primera que no da.
Algunos ya vamos cumpliendo nuestros 5 días enclaustrados, cual monjes $betanos o más de estos lares, Carmelitos Descalzos. Sin problemas, cuidándonos entre todos, saludando a la familia por teléfono, sin salir mas que a lo indispensable, cubriéndonos las boca al toser y al estornudar, lavándonos frecuentemente las manos y cara, y usando gel
an$bacterial a cada rato.
Esta semana nos queda una buena reexión: anteriormente nos reíamos de que la biblia era uno libro de lectura habitual, o antes, de que si era “bueno no leer periódicos porque
dicen puros chismes” y decíamos, estos gobernantes están bien tarugos. Ahora creo que nuestro gobernante es mucho más carismá$co e inteligente que estos anteriores, lo que
hace pensar que toda esta falta de efec$vidad en las acciones y en los anuncios absurdos que hace, es deliberada, pero aún no observo a dónde nos quiere llevar AMLO y por qué.