La crisis detrás de la crisis

Parece que fue ayer cuando el presidente de la república se reunió en Palacio Nacional con algunos de los empresarios más importantes de este país a comer tamales de chipilín y atole de chocolate, aquel 12 de febrero todo parecía ser miel sobre hojuelas, dos meses después la realidad ha cambiado radicalmente. La confrontación y la falta de acuerdos entre el presidente y los empresarios es de lo poco que se tiene claro el día de hoy.
Lo que comenzó como una crisis de salud se está convirtiendo en una crisis económica y también política, el tema del Coronavirus nos está llevando a un mundo desconocido, a una situación inédita y de la cual a ciencia cierta no sabemos que esperar. Ante un nuevo anuncio de sana distancia previsto para el 30 de mayo y tan poca certeza del apoyo real que se pueda brindar a la población y particularmente a las MiPyME (micro, pequeña y mediana empresa) quienes generan cerca del 80% del empleo en el país, tocar fondo es un proceso que aun no se sabe cuándo se va a dar.
Lamentable, decepcionante y falto de creatividad es como pueden ser descritas las medidas presentadas en materia económica por parte del presidente ante la crisis que cada día se va haciendo más evidente, donde resultó que el nuevo plan fue el viejo plan es decir, la continuación o reafirmación de los programas sociales y un número mágico que a muchos aun no nos queda claro, la creación de 2 millones de empleos en 9 meses, que de acuerdo con el registro del IMSS, no se cuenta con evidencia de la generación de ese número de empleos en un año, el año con mayor registro en la historia reciente es 2017 y se habla de alrededor de 800 mil.
La secretaria del Trabajo Luisa María Alcalde, informo que entre el 13 de marzo y el 6 de abril se han perdido más de 346 mil empleos formales. Seguir con la idea de primero los pobres es entendible y no existe objeción al respecto pero dejar a los demás fuera, a una clase media y a pequeños empresarios que no son precisamente con los que el presidente se reúne en palacio nacional, puede generar un efecto contrario y no serán primero los pobres sino que serán más.
La crisis que hoy tenemos está acentuando las desigualdades históricas que se tienen y donde existían problemas, se notan más, producto de un modelo económico donde los beneficios han sido para unos cuantos y las afectaciones se han socializado entre todos y un tema tan sensible como el de la salud ha servido para que los gobernantes saquen provecho y aquí el resultado, un sistema de salud endeble que nos ha llevado a ser el país miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con el menor número de camas de hospital, sumado al déficit de personal médico que como resultado final ha convertido el derecho a la salud en un privilegio de clase.
Seguir empeñados con soluciones que no solucionan y ayudas que no ayudan, se vuelve un caldo de cultivo perfecto para acrecentar el descontento entre la población que ha dejando de percibir ingresos. Esta es una crisis sin precedente que necesita medidas sin precedente, el tesoro más valioso será la preservación de empleos pero la generación de acuerdos que lo permitan no se ve por ningún lado. Siempre hay una oportunidad de empeorar y por el bien de los pobres, de los que venimos atrás y por el bien de un país, espero que no estemos en esta situación.