Detrás del día sin mujeres

Divide y vencerás, rezaba e viejo adagio de Napoleón Bonaparte, que ha sido utilizado como base fundamental de cualquier contienda política, y como estamos en México llenos de elecciones, nos la vivimos observando como los políticos impulsan a la separación y la dualidad.
Los ejemplos actuales son innumerables, los fifís contra los nacos, los del norte contra los del sur, los empresarios contra los trabajadores, los homosexuales contra los heterosexuales, etc., pero lo que se trató de una lucha social como la igualdad entre negros y blancos, ahora ha sido el pretexto para poder acumular minorías que se sienten desprotegidas y que mágicamente brota un salvador entre las masas.
Hace años ya se acumulaba un odio ente la clase política y el pueblo, situación que fue muy bien aprovechada por AMLO, al colgarse el estandarte del pueblo en contra del gobierno, sin mucho más que eso, con pocas ideas y por ende pocas soluciones. Como que esto parece un deja vú ¿no?, el Cura Hidalgo colgándose el estandarte mariano del pueblo en contra de la Corona Española, Parece que por no saber de historia le vamos pisando el paso a nuestras propias huellas.
Como parte o muchos de esos estereotipos han sido disueltos en el mejor de los casos, por la correcta atención de tales problemas o grupos vulnerables, ahora la misma política (sin mencionar nombres ni organizaciones) han procurado un tema que toma relevancia por sí mismo, el cuidar a la mujer y su integridad física.
Hemos llegado al absurdo de dividir la sociedad en dos grandes pedazos, los hombres en contra de las mujeres, lo digo así sin error, en contra, porque no se trata de un movimiento pacificador de unificación, se trata de un señalamiento al hombre que por el hecho de ser hombre ya es culpable de haber cometido feminicidio.
Ya bastante nos hacen notar las divisiones que existen entre tantas “tribus” sociales, que ahora nos dividen en dos, dividiendo ahí también a la familia. Conozco mujeres que pretenden desaparecer incluso del marido para que él también sienta lo que es estar sin su mujer, como si así entendiera él sobre el valor de ella, sugiriendo con esto, que ella no se siente valorada por él, lo que hace pensar que ella no debiera estar con él desde hoy y no debería esperar al lunes 9 de marzo para desaparecerse.
Por esto último, creo que no pueden responsabilizar las mujeres al 100% al hombre inmerso en un problema social. No se entienda mal, yo estoy a favor de la protesta en contra de la violencia hacia la mujer, pero lo que critico aquí son las formas.
Una compañera y amiga del trabajo, no se cansaba de platicarnos que si a ella le pegaba su novio o esposo, ella respondía inmediatamente la agresión, que si le aventaba algo ella lo recogía y se lo aventaba, como con ínfulas de entrona y de sobrada soberbia; yo siempre le comentaba que agresión contestada con más agresión nunca puede llevar a algo bueno. Un buen día no fue a trabajar y así pasaron más de 10 días hábiles hasta que la encontraron muerta en un baldío. Su pareja confesó haber reñido con ella, que ella el aventó un cenicero muy grande y pesado, que él esquivó, y que con el calor de la pelea él tomó el cenicero y acertó un golpe fulminante que la mató.
Por supuesto que existen personas tocadas del cerebro que merecen el máximo sufrimiento que sin más ni más, realizan actos de violación a mujeres, pero también a hombres, a niños y niñas, a ancianos, a gente en estado de coma, etc., es decir, que tal vez lo que parezca un problema de la sociedad en contra de las mujeres es la creciente de la violencia en general. El INEGI establece que para el año 2018 fueron víctimas de homicidio más de 32 mil hombres por más de 3 mil mujeres, lo que quiere decir, que notoriamente hay más hombres muertos que mujeres, donde podría decir algún iluso, que los hombres somos los principales explotados por el crimen organizado y que debemos protestar por ello.
Si observamos el feminicidio como un problema social, debemos entender que la sociedad no es un grupo, es toda la completa en su conjunto, no pueden señalar las mujeres al hombre y sentarse esperando que ellos lo resuelvan porque eso no será nada efectivo. La pacificación es social, unida y no segregada. La violencia genera más violencia y polarización, donde los únicos que realmente se benefician son los mesías con soluciones para ese pedazo de pueblo que los siga.
Mujeres, un día sin ustedes es mucha responsabilidad para los machos brutos que nos quedaremos al frente en ese día, siempre necesitaremos la otra mitad de nosotros, es una buena medida de protesta pacífica, sólo no atormenten a sus parejas que las quieren alejándose de ellos.