Policía a bordo

Sin experiencia, sin ninguna preparación como policía y con apenas la preparatoria terminada, fue como Omar Hamid García Harfuch, exsecretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México y quien aspira a convertirse en el candidato oficial de Morena para competir por la jefatura de gobierno, ingresó a la Policía Federal (PF) el 1 de septiembre de 2008 gracias a Luis Cárdenas Palomino, personaje que fue detenido en 2021 acusado de tortura, fabricación de delitos y vínculos con el narcotráfico.

Cárdenas Palomino fue la mano derecha de Genaro García Luna, quien actualmente se encuentra preso en Estados Unidos y declarado culpable en febrero de este año de cinco cargos: tres por tráfico de cocaína, uno por delincuencia organizada y otro por dar declaraciones falsas a las autoridades estadounidenses. De acuerdo con el juicio realizado a García Luna, miembros del cártel de Sinaloa entregaban a él, y a Luis Cárdenas Palomino, quien para muchos es considerado el mentor de García Harfuch, sobornos de más de 1 millón de dólares mensuales.

Diversos cuestionamientos son los que envuelven la trayectoria policial de Omar García Harfuch, pues el haber sido considerado uno de los colaboradores más cercanos Luis Cárdenas Palomino del 2008 al 2012, no es precisamente el mejor referente que pueda tener alguien que aspira a un cargo público tan importante. Otro dato que no se puede soslayar, es que en tan sólo cuatro años escaló de manera acelerada de Suboficial a Inspector General, cuando normalmente toma por lo menos 16 años de acuerdo con el manual y reglamentos internos de la PF.

García Harfuch por ley, tuvo que someterse a exámenes de control de confianza que debía aprobar para poder entrar y permanecer en la PF. El examen consiste en una evaluación poligráfica (detector de mentiras), investigación de entorno socioeconómico, evaluación médica y toxicológica, y evaluación psicológica. 

De acuerdo con el expediente PF/SG/CSDP/DGCC/12581/2012, fechado el 19 de julio de 2012, elaborado por la Dirección de Control de Confianza, luego de haber analizado los datos de las cuatro áreas evaluadoras se dictaminó que Omar Hamid García Harfuch; reprobó el examen practicado en al menos tres ocasiones; el 13 de enero de 2009, el 18 de mayo de 2011 y 6 de octubre de 2011, con base en el expediente de la Unidad de Asuntos Internos, lo cual indica que desde 2009 debía ser removido ya que se obtuvieron resultados que ponen en duda la veracidad de su respuesta respecto a su relación con el crimen.

La información referida tiene como base una investigación periodística difundida en octubre de 2020, la cual se sustenta en documentos oficiales (copia del expediente oficial de García Harfuch durante su paso por la Policía Federal en la gestión de Genaro García Luna) mostrados en el portal de Aristegui Noticias, en los cuales “se registraron reacciones significativas de falta de veracidad en la pregunta: En el último año ¿mantienes compromisos con la delincuencia organizada?” Asimismo, en el área relacionada con Delincuencia Organizada y Grupos Delictivos.

También presentó las mismas “reacciones significativas de falta de veracidad”, indica el informe, al responder a las preguntas: “En el último año ¿has consumido alguna droga ilegal?” y “En el último año ¿has cometido algún delito?” Derivado de lo anterior, en el “Reporte Integral de Evaluación” puede leerse la frase: Omar García Harfuch “NO CUMPLE CON EL PERFIL”.

Por otra parte, pero igual de cuestionable es su papel en el caso Ayotzinapa, donde uno de los periodistas que más ha dado seguimiento a este caso; Pablo Ferri, hizo públicos en septiembre de 2022, documentos sobre dos minutas de “juntas de autoridades” mantenidas en el 27 Batallón de Infantería, en Iguala, Guerrero, donde los documentos mostrados dan cuenta de la presencia de García Harfuch el 7 y 8 de octubre de 2014, en las primeras reuniones conocidas entre autoridades federales y estatales por el caso Ayotzinapa. Con lo cual se comprueba que mintió, pues hasta ese momento había declarado que desde antes del 26 de agosto, él ya estaba en Michoacán, pero “se le olvido” mencionar que participó en estas reuniones.

Fue muy “raro” que hasta el año pasado que el diario “El País” publica esta nota, García Harfuch recuerda su participación en estas reuniones pero de manera “tramposa”, señala que sí estuvo presente pero, bajo el cargo de comisario en la división de Gendarmería de la Policía Federal, no como partes de la Policía Federal, de la cual fue coordinador por 21 meses en Guerrero y que de acuerdo con declaraciones reiteradas por parte del propio presidente, la PF estaba totalmente corrompida al grado de tener vínculos con cárteles del narcotráfico y de los que al parecer García Harfuch no sabía nada, no estaba enterado de lo que hacían sus subordinados.

Se debe tener presente que en las reuniones del 7 y 8 de octubre donde estuvo presente, es donde se comenzó la construcción de lo que más tarde se denominó como “la verdad histórica”, que como hoy se sabe, no fue más que una versión que intentó ocultar lo que en realidad paso con los 43 jóvenes de Ayotzinapa.

La cereza del pastel en este caso, es su nombramiento en noviembre de 2016 como director en jefe de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), en sustitución de Tomás Zerón de Lucio, este último acusado de sembrar evidencias y obtener declaraciones bajo tortura en el caso de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. Partamos del supuesto en el que Harfuch nunca se enteró de nada de lo que ocurrió esa noche porque estaba en Michoacán, en las reuniones del 7 y 8 de octubre no vio nada, no escuchó nada y no opinó nada, lo único que hizo fue asistir. No obstante, una vez que llega a ocupar el cargo de este hombre; Zerón de Lucio, que sí hizo ¿Cómo intento abonar al caso? ¿Nunca pasó por su mente indagar en las investigaciones de su predecesor? ¿No se le ocurrió que podía ahondar entre la información existente para ayudar a conocer que fue lo que paso con los estudiantes?

Muy extraño que con una formación policial no tuviera ese interés por investigar un caso tan polémico, doloroso y que nos ha marcado como país. Cómo es que desaprovechó la oportunidad de apoyar a su nación con averiguaciones que habrían de brindar elementos para el esclarecimiento del caso. Tal vez la idea era encubrir a alguien o salvarse él mismo. Son temas que tampoco ha explicado cómo se debe.

Para concluir, quiero señalar dos asuntos más, el primero; la detención de uno de los lideres de Guerreros Unidos; Sidronio Casarrubias, a quien las autoridades le hallaron una libreta donde aparecían nombres y números de teléfono de funcionarios, entre los contactos de este hombre se encontraba García Harfuch.

El segundo, la declaración del testigo protegido; Gildardo López Astudillo, uno de los principales operadores de Guerreros Unidos en la época, quien hizo saber a la Fiscalía que García Harfuch estaba en la nómina del grupo criminal y “recibía 200 mil dólares por mes, ya que era el encargado de la PF en el Estado de Guerrero”, brindaba información sobre posibles operativos y facilitaba el trasiego de heroína, dinero y armas”. Si bien son hechos que pueden ser negados fácilmente por Harfuch, no dejan de ser situaciones que hacen dudar de este personaje y no debemos dejar de cuestionar si alguien con este historial debe estar contendiendo por una entidad como la Ciudad de México.

Omar Hamid García Harfuch tiene muchas cosas que aclarar, y aunque él no es responsable de las acciones de sus familiares, tanto su abuelo como su padre, tienen un historial bastante oscuro en materia policial y su medio hermano, quien fue secretario general adjunto del PRI cuando Roberto Madrazo era el líder nacional del partido, fue asesinado en Guadalajara en 2011 por negocios con la delincuencia organizada, esto, dicho por el propio García Harfuch.

Los capitalinos tendrán la última palabra, aunque quienes acuden a las urnas omiten el pasado de los candidatos ante “la simpatía” por el personaje o el partido, negando rotundamente todo lo que se diga de ellas y ellos, pero mientras esto se define hacia 2024, tenemos policía a bordo.