Enero amargo…

Tan amargo como la sensación de ir a la tienda y pedir 5 limones en lugar de un kilo porque puede costar hasta 80 pesos, tan amargo como saber que con la misma cantidad de dinero cada vez se compra menos y la disyuntiva es; gastar más para comprar lo mismo, o disminuir las cantidades conscientes de que la necesidad de alimentación por parte de una persona o de una familia no disminuye.
Enero llegó con lo que podría ser la cuesta de enero más difícil de los últimos 20 años, la cual se relaciona con el ajuste realizado en productos y servicios de acuerdo con la inflación, es decir, la elevación sostenida de los precios que inevitablemente impacta el bolsillo de las y los mexicanos, y de manera más evidente en los productos de la canasta básica porque hoy, hablamos del limón, pero lo mismo ha sucedido con la cebolla, el aguacate, el chile serrano, el jitomate y también las carnes. Sin embargo, el artículo 4° constitucional señala que “Todo ser humano tiene derecho a una alimentación suficiente en calidad y cantidad”, pero es una pena que no a todos les alcance para ejercer este derecho que abarca alrededor de 40 productos considerados indispensables para que una familia pueda satisfacer sus necesidades básicas de consumo.
La Economía del país ya tuvo un cierre complicado, pues 2021 alcanzó una inflación anual de 7.36 por ciento de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y para ejemplificar, vayamos nuevamente a un caso concreto, donde muchas familias tuvieron que hacer propósitos de año nuevo sin uvas, o de plano, decidieron posponerlo para este 2022, pues el precio de la misma sobrepasó en algunos lugares los 100 pesos.
De acuerdo con Serendipia, iniciativa independiente de periodismo de datos, en México, durante 2019, mil 570 pesos eran suficientes para comprar los productos que integran “la canasta básica”. En 2021, con el mismo monto sólo era posible adquirir el 86 por ciento de esos alimentos, porque el costo de la canasta básica llegó a mil 824 pesos. Es decir, su precio aumentó en 16 por ciento.
Aunque no necesariamente es un dato que nos pueda hacer sentir mejor, esta alza en los precios no representa un fenómeno aislado, el mundo entero enfrenta un incremento generalizado de los precios. De hecho, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), alertó que, en octubre del 2021, los precios a nivel mundial de los alimentos llegaron a sus niveles máximos en 10 años.
Pero este mes no solo es amargo por la cuesta de enero, sino también porque estamos iniciando el año con otro tipo de hechos que nos impactan y deben alarmarnos, y aunque parecerían hechos aislados, no es así, son hechos violentos que escalan de nivel. Cinco camiones de transporte público, cuatro vehículos particulares, una excaseta de vigilancia de la Secretaría de Seguridad Pública y una tienda de conveniencia Oxxo, fueron quemados la mañana del jueves 13 de enero en diferentes puntos de Ciudad Juárez en un lapso de dos horas. Ojalá que esto fuera ficción, pero es parte del día a día en nuestro país. El 10 de enero, también en Ciudad Juárez, tres muertos y siete heridos fue el saldo de un ataque armado en el bar Viejo Oeste, en la colonia Partido Romero de esa localidad, donde varias personas armadas abrieron fuego hacia el interior del local y al día de hoy, solo eso, un caso más.
Pero enero sí que es amargo, pues la variante ómicron mantiene récord de contagios en nuestro país. El pasado sábado se registraron 47 mil 113 contagios, no obstante, la cifra más alta se había reportado un día antes con 44 mil 293 casos positivos en un solo día. Actualmente, un contagio puede ser producto de un descuido, de una irresponsabilidad o simplemente mala suerte, pero lo que nos debe quedar claro es que la pandemia sigue, que el precio del limón esta por las nubes, y los episodios de violencia en diferentes partes de la república aumentan. La buena noticia es que enero solo dura un mes, 31 días de los cuales esperemos haber vivido lo más amargo.